María Gracia González, parlamentaria por Huelva en el Parlamento Andaluz, exige medidas contundentes para contrarrestar el aumento de la pobreza y de la exclusión social de los grupos de población más vulnerables. Así, González defiende que “la crisis de 2008 dejó una herida difícil de borrar en la sociedad española. Y es que, casi 1 de cada 3 niños y niñas siguen al día de hoy en riesgo de pobreza o exclusión social en España. Esta situación, también afecta a 1 de cada 5 españoles y españolas”.
Según María Gracia, “Así lo han puesto de manifiesto los datos publicados por la Encuesta de Condiciones de Vida 2018 (elaborada por el INE). Y no son datos para sentirnos orgullosas. Actualmente en Europa solo Letonia, Lituania, Bulgaria y Rumanía tienen un indicador de pobreza superior al de nuestro país. Lo que sitúa a España como el país de renta alta con mayor pobreza de la Unión Europea”.
“Y este no es el único problema al que nos enfrentamos para alcanzar el primero de los ODS que nos insta a poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo antes del 2030. El VIII Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, publicado también recientemente, pone el acento en otro grave problema en aumento: la desigualdad. Este informe destaca que en los últimos años en España ha aumentado considerablemente la brecha entre los hogares con rentas más altas y más bajas. Hay un porcentaje de la población española en el que se ha cronificado su situación e incluso ha visto cómo han empeorado sus condiciones de vida los últimos años. Es el caso de 4,1 millones de personas (el 8% de la población) que se encuentran en situación grave de exclusión social severa”.
“Los hogares monomarentales y los jóvenes, los más vulnerables”
“Hay dos poblaciones (además de la infancia) que siguen siendo las más vulnerables: las mujeres (especialmente los hogares con mujeres al frente) y los jóvenes”, continúa la parlamentaria onubense.
“Los hogares en los que la sustentadora principal es una mujer, registran tasas más elevadas de pobreza y de privación material. De hecho, si lo comparamos con los hogares monoparentales (siendo el progenitor masculino) existe una diferencia de cuatro puntos: el 20% de hogares con mujeres al frente y el 16% con hombres al frente se encuentran en situación de exclusión social.
Y parece que las principales causas tienen que ver con el empleo. En concreto, con la brecha salarial (una de las más altas de la UE) y en que las mujeres están más expuestas a acceder a empleos con jornadas más reducidas y salarios más bajos. Y para muestra, dos datos: la contratación a tiempo parcial afecta a una de cada cuatro mujeres ocupadas, frente a uno de cada 14 hombres. Además, se calcula que una mujer necesita trabajar 1,5 horas más al día para ganar lo mismo que un hombre. Si es inmigrante, lo tiene que hacer 2 horas más.
La llegada de la pandemia ha venido ya no sólo a empeorar esta situación, sino a dificultar la recuperación de las familias y sectores más vulnerables que, como siempre ocurre, probablemente serán las últimas en superar esta crisis y aún así, si las distintas administraciones, tanto a nivel local, como autonómico y central no adoptan con urgencia medidas contundentes, muchas no lo lograrán nunca”.