Como es habitual en esta época del año, la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Palos de la Frontera pone en marcha un nuevo plan de fumigación en el pinar rabideño. El objetivo principal de esta actuación es la prevención en la propagación de la oruga procesionaria para evitar posibles daños a la arbolada y a los ciudadanos que paseen por este pulmón verde.
El contacto con la oruga procesionaria es uno de los principales causantes de urticarias y alergias en personas y animales domésticos. Las orugas están recubiertas por unos filamentos urticantes que se dispersan y flotan en el aire, produciendo irritación en piel, ojos y nariz.
Para el tratamiento paliativo contra la procesionaria en esta época del año, los operarios están aplicando un insecticida específico de escasa toxicidad y el bajo impacto ecológico mediante un caño atomizador. De esta manera, el producto llega directamente a las copas de los árboles favoreciendo su efectividad.
El daño más importante que puede ocasionar este insecto se produce a finales de invierno hasta mitad de primavera, cuando las orugas son más grandes y voraces. La defoliación rara vez produce la muerte de los pinos pero los debilita en gran medida, facilitando el ataque posterior de otras plagas.
El alcalde de Palos de la Frontera, Carmelo Romero, evaluaba muy positivamente la situación del pinar rabideño, pero insistía en que la mejor defensa ante este tipo de problemas es la prevención temprana y la rápida actuación. “El pinar de La Rábida significa mucho para todos los palermos, por ello hay que cuidarlo con especial detalle”.
Durante todo el año el Consistorio palermo realiza un seguimiento continuo de estas plagas para así minimizar los molestos efectos que con frecuencia suelen causar a la ciudadanía, especialmente en épocas festivas como la Peregrinación a La Rábida que organiza la Hermandad de la Virgen de los Milagros y San Jorge Mártir que en esta ocasión ha tenido que ser suspendida.