(Firma: Javier García Baquero) Lágrimas bravas corrieron por nuestra mejilla cuando en la tarde de ayer nos dieron la noticia de la muerte sorpresiva en su localidad natal de Cumbres Mayores y debido a un ictus fulminante del empresario y ganadero de bravo don Francisco Domínguez Camacho.
Y el señorial don, suena innecesario. Siempre fue Paco. Nunca le hizo falta, su señorío venía de serie con su grandeza personal, su saber estar y de su saber ser, de su rectitud indeleble.
Esperamos el encuentro de cada fin de temporada en los premios taurinos de la Caja Rural del Sur como patrono, además de disfrutar de sus excelencias y naturalidad de anfitrión en días de tentadero en Los Llanos y días de montería en las Ventas del Ciervo. Saludarlo era un placer que buscábamos con celo, quizá porque él, que no era de dar coba, siempre me convidaba a un puro, de los buenos, “de ganaderos” decía con guasa sana. Era un hombre grande y puro, tan de Cumbres Mayores, tan de Huelva, tan serrano, tan ganadero, tan andaluz, tan de la Caja Rural, tan del cochino, tan del toro, tan de la montería, tan de la vida, tan de su familia, tan de sus amigos….
Es fácil hablar de su trayectoria empresarial brillante e impoluta, de su crecimiento constante, de su formalidad, de su fidelidad a su hermano Antonio (que también pasa malos momentos) de su conocimiento del sector del porcino, del vacuno manso, del bravo, del secadero, del matadero, de la comercialización, de los negocios, de la vida, de saber mantener las tradiciones sin renunciar a la modernidad. Sencillamente un hombre de éxito modélico en lo empresarial.
Pero me resulta muy difícil hablar de su humanidad, de su saludo cariñoso en cualquier sitio que te viese, de su memoria exquisita para tener siempre la frase amable y el cariño certero.
Hace mucho tiempo que la vida me enseñó a buscar en los ojos de los hombres grandes los ojos de mi padre que me falta hace tanto tiempo. Y en los ojos de Paco los busqué muchas veces, en esa mirada limpia, viva, despierta, cariñosa, atenta, paternal y sabia. Reconfortaban mucho en este mundo torcido esas recias maneras preñadas de sabiduría, sinceridad y amabilidad.
El momento es muy difícil para todos los que lo apreciamos, los que tenemos fe rezamos sabiendo que tiene todos los caminos abiertos para llegar al cielo, el momento difícil sólo se se ve mitigado por su huella de hombre de bien, por el legado de una familia que es modelo y ejemplo de abnegación, de unión y de todas esas virtudes viejas e imperecederas que atesoran, mamadas de Paco, sus hijos, sus tres hijos.
Pienso en David, mi amigo, que desde esta tarde en adelante va a buscar en su recuerdo muchas veces la mirada, el consejo, el apoyo, la corrección y el cariño de un hombre que ha sido ejemplo más por sus obras que por sus palabras. Un hombre que siempre supo, eso tan difícil de saber, que es estar en su sitio y hacer lo correcto. Vas a acertar mucho, David, simplemente porque vas a hacer lo mismo que haría tu padre: lo derecho.