El cáncer es una enfermedad a la que la sociedad va perdiendo el miedo de manera paulatina, sobre todo a los novedosos tratamientos que se vienen realizando en todo el mundo y a los muchos ensayos clínicos que hacen posible el desarrollo de métodos que cada vez están consiguiendo un mayor éxito a la hora de luchar contra un mal que hace solo algunos años era sinónimo de muerte segura.
Desgraciadamente las estimaciones de cara al futuro muestra que una de cada tres mujeres y uno de cada dos hombres van a desarrollar cáncer en nuestro país, e igual ocurre en todo el mundo occidental. Sin embargo, gracias a la investigación, la supervivencia ante esta enfermedad se ha incrementado de manera considerable durante los últimos 20 años. Esta mejora es el fruto, por un lado, de la prevención y la detección precoz, y por otro, de la puesta en marcha de tratamientos específicos y muy eficaces. En la investigación está la clave para que este terrible mal pase a ser una enfermedad curable o, al menos, cronificable.
En la actualidad, hay muchos tipos de tratamiento contra el cáncer y la aplicación de uno u otro dependerá en gran medida del tipo de cáncer que sea y, sobre todo, de lo avanzado que se encuentre. Lo más habitual es que se realice un tratamiento combinado en el que se puede o no incluir la cirugía junto a otras terapias.
Como decíamos, la cirugía suele estar presente a la hora de atacar diversos tipos de cáncer, aunque es solo posible en algunos tipos de tumores. Es el manera más directa de extirpar el cáncer del cuerpo, pero dada la gran variedad de tipos de cánceres, solo es posible es algunos casos.
Junto a la cirugía se utiliza, por lo general, la radioterapia, que aplica altas dosis de radiación para destruir células las cancerosas y reducir el tamaño de los tumores. Y también se combina la cirugía con la quimioterapia, un tipo de tratamiento del cáncer que utiliza una combinación de fármacos para destruir las células cancerosas.
Cirugía, radioterapia y quimioterapia han sido los tres métodos más utilizados, hasta que en los últimos años los avances de los estudios han apuntado hacia otras posibilidades, que están abriendo caminos nuevos para enfrentarse a esta enfermedad.
De esta forma, nos encontramos con la inmunoterapia, que no es otra cosa que un tratamiento que ayuda al sistema inmunitario a combatir el cáncer. También existe la terapia dirigida, que es un tipo de tratamiento del cáncer que ataca los cambios en las células cancerosas que les ayuda a crecer, a dividirse y a diseminarse.
Los avances en la investigación hormonal hacen posible, asimismo, que exista la llamada terapia hormonal, que es un tratamiento que hace lento o detiene el crecimiento de cánceres de seno y de próstata.
Y, por supuesto, también nos encontramos con los trasplantes de células madre, un procedimiento que restaura las células madre que forman la sangre en pacientes con cáncer en quienes se destruyeron con dosis muy altas de quimioterapia o de radioterapia.
Por último, nos referiremos a la terapia genética, un campo donde se han logrado indudables avances en los últimos años. De hecho, buena parte de la investigación actual sobre el cáncer está dedicada a identificar genes faltantes o defectuosos que causan cáncer o aumentan el riesgo de padecer ciertos tipos. La investigación génica realizada en algunos centros ha deparado muchos descubrimientos importantes, como la identificación del gen MMAC1 (gen mutado en múltiples cánceres avanzados) que interviene en algunos cánceres frecuentes. También se ha realizado la primera corrección con éxito de un gen supresor tumoral defectuoso (p53) en el cáncer de pulmón humano. Y aunque las terapias génicas actuales son experimentales y muchas siguen evaluándose únicamente en animales, hay algunos ensayos clínicos realizados con un número muy pequeño de sujetos humanos, que abren grandes esperanzas en la lucha contra esta enfermedad.