(Firma: José Luis Rúa) Durante estos días celebramos el decimo aniversario de la vida del grupo Poetas del Guadiana, colectivo que nace en las Tierras del Bajo Guadiana y que tiene las puertas abiertas para todo aquel que quiera acercase y mantener viva la llama de este movimiento poético tan especial.
Recordamos la primera ocasión que coincidimos todos en torno a la primera lectura poética que se celebró en la Casa Grande de Ayamonte, para semanas después hacerlo en Monte Francisco (Portugal). Muchos han sido los escenarios donde han sonado y quedado en libertad poemas de españoles y portugueses, asomados al mismo balcón de la creación. Faro, Tavira, Villa Real, Castro Marín, Cácela Velha, Alcoutin o Ayamonte, Isla Cristina, Punta Umbría, Lepe, La Puebla, Huelva o Rociana han sido escenarios a los que se han subido las voces más representativas de estos poetas alejados de formalismos y encorsetamientos. Y lo han sido por igual escenarios de Casinos municipales, bibliotecas o auditorios, aulas escolares o parques y rincones de ciudades llenas de encanto, y lo han sido también, como sacadas de un texto de autor desconocido, fortalezas, cementerios y ermitas, parques y jardines, emisoras de radio o de televisión, chiringuitos o abacerías. Los poetas se han desahogado sin hacer mucho ruido y a cualquier hora del día o de la noche.
Y a lo largo de todo este tiempo, no solo han sido sus recitales la manifestación más social o más carismática. Las publicaciones y sus presentaciones han puesto de manifiesto su capacidad creadora y el apoyo de manera incondicional de mucha gente. Sus colecciones han venido de la mano del grupo español salido de la editorial independiente Crecida de Ayamonte, un grupo inquieto y dispuesto a poner al alcance de todos, la posibilidad de ver traducido al papel sus versos del cuaderno, sus inquietudes de siempre y su ilusión de cada día. “Los libros del estraperlo” o “Los cuadernos de la barranca” han iniciado su recorrido, aportando nombres de autores desconocidos y de nombres reconocidos. Y es, hoy por hoy, el buque insignia de estos trovadores de nuestros días, anclados en la misma Foz do Guadiana.
Desde aquella primera antológica salida del recital de Monte Francisco “Foz do Guadiana” hasta “Mis cuatro estaciones, “del profesor Francisco Blázquez, han visto la luz no solo poemarios sino obras de enorme éxito y de cuidada edición. “Viaje al sur de Portugal” de Diego Mesa y “5 por 50. Cinco años cincuenta autores”, una colectiva que abre camino a nuevas voces. La serie “poesía en la escuela / poesía na escola”, con la creación de alumnos de primaria de colegios de Ayamonte o Villablanca y portugueses de Alcoutin, Vila Nova de Cacela, Montegordo, Villa Real de San Antonio o Castro Marin.
Y si en un principio salían de la mano de Crecida, hoy, tras arduas gestiones, lo hacen de una editorial importante en el mundo de la edición deportiva pero que ha abierto las ventanas a la creación literaria más imaginativa y sentimental, la poesía. La Editorial Wanceulen de Sevilla y su sello “Moreno Mejías”, que abraza sin pedir nada a cambio a los creadores que vienen de la mano de los Poetas del Guadiana. Algo más de cincuenta publicaciones son las que han visto la luz y las que ayudan a cubrir espacios en las bibliotecas públicas y privadas, colegios, asociaciones o particulares.
Quizás la característica principal de este movimiento es la apertura a todos quienes sienten la poesía como punto de arranque o como un grito de sentimiento al margen de egos, protagonismos o premios y reconocimientos. Entre sus muchos participantes los hay de todas las edades, de todas las formaciones, de todas las responsabilidades, de todas las capacidades y de todas las inquietudes. Suenan los nombres de Eladio Orta, Carmen Azaustre, Clemen Esteban, Domínguez Monge o León Acosta, entre muchos más que se abren en lengua castellana, y, junto a ellos, Pedro Tavares, Antonio Cabrita, Clara Correia, José Cruz, Joao Pereira o Celia Segura. La lista improvisada anda por encima de los cien autores fronterizos.
Y no hay que olvidar, porque no seria justo, la presencia de cantantes y músicos. Artistas que en todo momento han dejado sus sonidos y su voz junto a los versos mas recientes, junto a las ilusiones mas crecidas. Pako y su violin; Ortiz, Anselmo, Guitar dúo y sus guitarras; Monge y su chelo; María y Cristobal con su flamenco; Mascarenha y Nadia Catarro con sus fados o Francisco Javier Vera con su lirica. Música en matrimonio con la poesía. Pintura en juego con la palabra. Fotografía de perfil con el verso.
Posiblemente porque se está celebrando este decimo aniversario y porque se vislumbra la luz al final de túnel de esta pandemia que nos agobia, salen nuevos poemarios, nuevas lecturas, nuevas presentaciones, a un ritmo que cogerá su fuerza tras la vacunación completa de la población. Si hace unos meses presentaban Domínguez Monge, Eladio Orta o Rúa Nácher estos días lo harán de nuevo Clemen Esteban, Eladio Orta, José Cruz o Joaquina Vázquez. Poemarios que se quedaron adormecidos en los cajones de la mesa, por esta pandemia que aun tenemos encima o poemarios que salen de maquina en los próximos días: Eladio Méndez, Ana Ontiveros, Eladio Orta y Rúa Nacher. Un ritmo que irá subiendo revoluciones conforme quede toda esta pandemia controlada. Así que abramos las ventanas a la imaginación y escuchemos de nuevo a los poetas, los nuevos rapsodas del siglo XXI, en la misma desembocadura del Guadiana. Diez años no son nada y mucho menos cuando se abre el nuevo día…