En estos últimos años, las casas de apuestas en España han pasado de ser algo marginal en nuestro país a convertirse en una de las formas de entretenimiento más extendidas. Su rápido crecimiento está capturando sin duda alguna la atención tanto de aficionados como de críticos. Aunque dos colectivos comunes a cualquier nueva empresa, plantean ciertas complejidades. Y es que ya hay quienes analizan los beneficios y riesgos económicos, sociales y culturales de casinos y juegos de azar.
Un sector en plena transformación y auge
El crecimiento de estas instituciones no es baladí. La transformación tecnológica que se está experimentando, a nivel nacional y global, tiene mucho que ver en todo esto. Con ello, se ha abierto un gran melón: las actividades de azar y apuesta han pasado al siguiente nivel. Si antes solo alcanzaban a un nicho de mercado muy concreto, este conflictivo sector es cada vez más abarcador. Llegando incluso a afectar y formar parte del turismo nacional.
Mientras que antes las apuestas estaban restringidas a locales físicos, ahora el mundo online permite acceder a una oferta inmensa de este tipo de empresas. Y esto, ¿cómo afectará al entorno actual? ¿Es positivo o no? Seguramente sea necesario esperar un tiempo para decir algo claro. Aunque por ahora, parece más arriesgado que salvador.
¿Clave para la economía?
El impacto económico de los casinos es notorio. Según datos recientes, este sector genera miles de millones de euros al año. Con estos datos, se deja entrever que aporta una parte significativa a las arcas públicas en forma de impuestos. A su vez repercute también en el empleo. Desde gestión en locales físicos hasta puestos online (desarrollo de plataformas, atención al cliente, etc.).
Aunque sea bastante criticado, este sector se ha vuelto de gran importancia en aquellas regiones donde la economía depende en gran medida del turismo. Así, en zonas como Andalucía o Baleares, la mencionada y conflictiva industria de las apuestas se ha convertido en un atractivo adicional, como comentamos en el apartado anterior.
Ludopatía: una enfermedad cada vez más presente
Uno de los problemas más significativos de esta mayor presencia de casinos en nuestro país es la ludopatía. Se trata de una enfermedad mental que no para de crecer. Y, lo peor de todo, los afectados son cada vez más jóvenes. Según expertos en salud mental, las plataformas en línea y las aplicaciones móviles han facilitado el acceso a los juegos de azar. Es por ello que se han implementado medidas como la limitación de los horarios en los que se puede emitir publicidad de apuestas, entre otras.
La regulación y sus implicaciones
Las normativas en materia de azar habían sido bastante difusas hasta ahora. Se trata de un marco legal complejo y en constante evolución. No obstante, ante la incipiente creación de nuevas modalidades de casas de apuestas y casinos, ha sido necesario remodelar estas normativas.
Se ha incluido, por ejemplo, una limitación horaria para publicidad, protección a menores o nuevos convenios laborales, entre otras medidas.
Un fenómeno con múltiples perspectivas
Si bien es cierto que normalmente cualquier actividad económica que suponga un impulso para el país está bien vista, en este caso estamos ante una excepción obvia. Es innegable que las casas de apuestas en España generan una gran cantidad de empleo, así como recaudación de impuestos y nuevas oportunidades de negocio, pero el impacto social quizá debería pesar más que el económico en este caso.
Sea como fuere, la expansión de casinos físicos y online es un hecho que ha venido para quedarse. Está en nuestras manos ver qué hacemos con ello y cómo gestionarlo y regularlo de la mejor manera posible.