El portavoz provincial de Podemos Huelva, Hermes Gómez, ha reclamado este lunes a las administraciones que “se impliquen de una forma real en la problemática de los asentamientos onubenses” donde viven miles de personas “en condiciones indignas”, y “se dejen de decir buenas palabras, que se quedan en intenciones vacías”. Todo ello, tras arder de nuevo el asentamiento de Palos de la Frontera, donde casi 200 personas han perdido su infravivienda y sus pertenencias, además de resultar heridas de carácter leve dos personas.
“Este lugar ya ardió el pasado mes de febrero y entonces, como tantas veces, se miró para otro lado”, ha matizado, ya que “los migrantes dependen de la ayuda de las ONG y de asociaciones”. “Se dan dos vertientes del problema, la urgencia en atender a esta población tras un suceso así, y la intervención a medio y largo plazo, y ninguna de las dos líneas de actuación se ha puesto en marcha por parte de las administraciones en ninguna ocasión”, ha lamentado.
Gómez ha insistido en que “hay que dar soluciones habitacionales dignas de forma urgente, porque las personas afectadas no tienen donde vivir”. Para ello “es vital ayudar a los colectivos que están a pie de campo, algo que debería de correr de cuenta de administraciones y de aquellos que se están lucrando con esta mano de obra barata y esclava”, asevera.
Además, “no podemos esperar más para buscar soluciones a largo plazo, como es que la inspección de trabajo haga su trabajo de una forma impecable y se devuelvan los derechos básicos y laborales a esta población invisible”. Así, “todo pasa por conocer la realidad de primera mano con los que están allí y con los colectivos que se implican en su apoyo”, y “tratar de averiguar por qué ocurren de forma tan recurrente estos incendios que arrastran a los habitantes del asentamiento a una situación aún más infrahumana que la que ya padecen de forma habitual”, ha remarcado.
El portavoz morado ha subrayado que “la población temporera y migrante está abandonada, viviendo a pie de tajo como en los tiempos del algodón en el sur de Estados Unidos”. Sin embargo, “son trabajadores y trabajadoras muy útiles en Huelva porque son necesarios para el modelo productivo de la provincia, ya que los inmigrantes son menos costosos y se les saca más rendimiento, modulando además los salarios en aquellas actividades en las que están presentes a la baja”.
Gómez ha sido rotundo al insistir en que los migrantes “son indispensables para el actual desarrollo económico de Huelva, pero, a la vez, no se les quiera dar visibilidad”, por lo que viven “una esclavitud 2.0 en la que saben que se aprovechan de su situación pero que al compararla con la que tendrían en sus países de origen comprenden que están mejor”.
De esta forma, ha explicado que “a nadie se le escapa que con la cantidad de desempleados que hay en la provincia, cada año vengan aquí miles de migrantes, con contrato, teniendo mano de obra de sobra aquí mismo”. Por ello, ha insistido en que “no hay que ser muy listo para entender que los locales reclaman sus derechos y quieren un salario digno para su actividad, así como los derechos laborales básicos en regla, como horas extra y días de descanso, entre otros”.
Sin embargo, Gómez ha apuntado que “a ningún sector económico onubense parece interesarle la mejora de esta situación, a la vista del interés mostrado y la forma de actuar”. “Se trata de una reacción en cadena pues a la economía de Huelva le salen las cuentas gracias al sector de los frutos rojos”, pero insiste en que “no puede ser a costa de incumplir derecho humanos”. Estos sectores, “conocedores de la situación que se vive en el campo onubense y con la capacidad de cambiar el modelo dada su penetración dentro del sistema, no hacen nada” asevera, para sentenciar que “solo esperan a la recogida, en este caso de sus frutos, que salen directamente del trabajo de estas personas inmigrantes”.
“Muertes también invisibles”
“La desidia y dejadez” que padece esta población, explica Gómez, “se hace evidente con la situación tristísima y lamentable” de la muerte de un joven marroquí en un incendio en diciembre de 2019, cuyos restos “aún siguen en el depósito del Instituto de Medicina Legal de Huelva por trabas burocráticas que, ante la cantidad de trabajo acumulado por la administración de Justicia y la falta de interés del resto de administraciones, sigue sin resolverse”.
“Es una muerte invisible más junto a la de otro joven que apareció sin vida” en un asentamiento de Lucena del Puerto hace pocos días, “fallecimiento del que nadie se percató hasta que el mal olor delató lo que ocurría”. “Estas muertes ponen de manifiesto el mal endémico que se da en nuestra tierra con seres humanos”, ha lamentado Gómez, para indicar que “se trata de una muestra de hasta dónde llega una situación que por desgracia la sociedad tiende a normalizar”.