El Partido Popular almonteño ha decidido que no comparecerá en el Pleno hasta que las competencias del concejal procesado por un presunto delito medioambiental y otro de prevaricación por el “caso Asperillo”, José Miguel Espina Bejarano, sean retiradas o en su defecto, que sea el propio edil el que presente su dimisión.
Esta es una decisión muy meditada y sin duda dolorosa, pero imprescindible, toda vez que el PP entiende que el código ético que rige el funcionamiento de los partidos que actualmente componen la coalición del Gobierno almonteño debe ser respetado y acatado siempre y en todos los casos. Los partidos políticos deben ser un ejemplo para la sociedad, precisamente para evitar el descrédito y la desafección que muchas veces los ciudadanos profesan hacia la clase política. A este respecto, los populares recuerdan, una vez más, que hace escasos meses su concejal de Seguridad Ciudadana se vio obligado a presentar su dimisión por incumplir las normas Covid, cuando fue sorprendido en un establecimiento público fuera del horario permitido. Había que dar ejemplo y así se hizo.
Esto, que fue en todo caso una cuestión moral, fue suficiente para que el concejal popular dejara su cargo, y para que la alcaldesa de Almonte, Rocío del Mar Castellano, advirtiese a los populares que, si el concejal no dimitía, ella misma exigiría su salida del equipo de Gobierno. Mientras, ahora, con un procedimiento judicial en marcha y una petición de cuatro años de cárcel y quince de inhabilitación que pesan sobre el primer teniente de alcalde y concejal de Playas, José Miguel Espina Bejarano goza de un trato totalmente distinto: se niega a dimitir y la formación de la alcaldesa, que pidió públicamente su dimisión y que en privado informó a sus dos socios de gobierno de que en caso de no producirse procedería a la retirada de sus competencias el pasado viernes como fecha límite, no ha ejecutado esta medida.
El PP de Almonte siempre ha sido claro y honesto en lo que concierne a esta cuestión: no pone en duda ni la legitimidad ni las motivaciones que llevaron a Espina Bejarano a las actuaciones objeto del “caso Asperillo”, ni por supuesto su presunción de inocencia. Sin embargo, tanto el Juzgado como la Fiscalía han señalado como acusado al miembro del equipo de Gobierno y en tanto la sede judicial se pronuncia sobre la inocencia o culpabilidad del concejal, este, en cumplimiento del código ético, debe hacerse a un lado o bien sus competencias han de ser retiradas.
El motivo es muy simple: la imagen y el prestigio del Ayuntamiento de Almonte deben ser preservadas, algo imposible si la institución se ve envuelta en un procedimiento judicial por delitos de tamaña gravedad. Pero, además, el proceder del Consistorio para este tipo de casos debe ser siempre el mismo, sin importar las siglas ni otras consideraciones, porque de lo contrario, el mensaje que se está enviando al ciudadano es, como poco, confuso, y para el resto de los concejales es, sin lugar a dudas, totalmente injusto.
Por todo lo anteriormente expresado, el Partido Popular de Almonte se ausentará del pleno ordinario de hoy y continuará así hasta que el concejal imputado dimita o bien Alcaldía, en cumplimiento de lo que anunció, retire todas las competencias delegadas a José Miguel Espina Bejarano. Huelga decir que los populares almonteños esperan que esto se produzca cuanto antes con el fin de que el Consistorio recupere la normalidad y las numerosas e importantes gestiones municipales puedan retomar el ritmo deseado por el bien de toda la ciudadanía almonteña, único deseo y motivación de los concejales del PP en el Ayuntamiento de Almonte.