Las criptomonedas son, según la Oficina de Seguridad del Internauta, «objetos digitales únicos que se intercambian a través de un medio digital sin intermediarios y que son aceptados como alternativa al dinero por quienes participan en dicha operación».
La creciente digitalización del sector financiero está impulsando a numerosas personas consumidoras a emplear las monedas virtuales como método de inversión o para realizar transacciones de bienes y servicios, sin tener en cuenta que están en el punto de mira de ciberdelincuentes que pretenden robar monedas o utilizar equipos de las personas usuarias por medio del conocido ‘cryptojacking’.
Este instrumento de pago no regulado conlleva una serie de riesgos en su utilización al no encontrarse amparadas por la legislación protectora de la Unión Europea, por lo que las personas que utilicen este tipo de monedas para realizar transacciones comerciales o invertir en ellas, no se podrán beneficiar de las garantías ni de la protección que reconoce la normativa europea ni, por extensión, de la española a los productos financieros que estén controlados por las instituciones oficiales.
Las monedas virtuales son un mercado altamente volátil y con un marcado carácter especulativo que, en ocasiones, se construye de manera piramidal. Además, dada su irreversibilidad, cuando una persona consumidora de criptomonedas efectúa un pago no podrá cancelarlo, por lo que debe confiar en la buena fe de la parte receptora si desea proceder al reembolso, lo que hace a este mercado aún más incierto y arriesgado.
Es aconsejable que, antes de hacer una adquisición o compra utilizando criptomonedas, se proceda a estudiar el grado de confianza y los comentarios positivos de la persona vendedora, de la misma manera verificar que los medios de contacto sean correctos.
Consumo insiste en recordar que el valor de las criptomonedas es cambiante. Esto quiere decir que, en caso de solicitar un reembolso -y, por supuesto, que la persona vendedora ceda a ello-, debe quedar claro si el método de devolución será el mismo u otro para, de esta forma, evitar futuros incidentes.
En aras de proteger a las personas consumidoras de códigos maliciosos o virus al emplear este reciente instrumento de pago, Consumo recomienda recoger información sobre la reputación de las aplicaciones descargadas para su uso, utilizar programas antivirus y asegurarse de que las plataformas empleadas para operar con este tipo de monedas sean transparentes y publiquen con claridad los datos identificativos de la empresa a la que pertenecen.
Consumo Responde
Ante cualquier duda o consulta en materia de consumo, la ciudadanía puede contactar con Consumo Responde, un servicio gratuito de información y asesoramiento a las personas consumidoras y usuarias, impulsado por la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Se trata de un servicio multicanal, al que se puede acceder de forma continuada a través del número de teléfono 900 21 50 80, de la página web www.consumoresponde.es, del correo electrónico [email protected]; y de los perfiles en las redes sociales Twitter (@consumoresponde) y Facebook (www.facebook.com/consumoresponde).
También se puede recibir asesoramiento en los Servicios Provinciales de Consumo de las delegaciones territoriales de Salud y Familias presentes en todas las capitales de provincia, así como en las Oficinas Municipales de Información al Consumidor (OMIC), y en las organizaciones de personas consumidoras y usuarias.