Los obispos de la provincia eclesiástica de Sevilla, entre los que está el obispo de Huelva, han aprobado dar luz verde a la celebración de procesiones en la calle, siempre de acuerdo con las autoridades civiles y cumpliendo la normativa que haya en vigor en cada momento.
Según informa el Obispado de Huelva en su página web, «el curso favorable de la situación sanitaria derivada de la pandemia del Covid-19, con un descenso de contagios y el avance de la vacunación como aspectos más destacados de esta tendencia positiva, ha llevado a los obispos de la Provincia Eclesiástica de Sevilla (Sevilla, Asidonia-Jerez, Cádiz y Ceuta, Canarias, Córdoba, Huelva y Tenerife) a plantear la actualización de las disposiciones canónicas vigentes en estas diócesis. Damos gracias a Dios, a quien hemos clamado constantemente, y a su bendita Madre, por escuchar nuestra oración.
En consecuencia, las diócesis han considerado la conveniencia de retomar la normalidad del culto externo, tal como se ha empezado a hacer de manera puntual en algunos lugares. No obstante, desde las diócesis se reitera el llamamiento a los fieles para que sigan atendiendo las disposiciones y recomendaciones que emanan de las autoridades competentes, un presupuesto que ha resultado fundamental para poder afrontar el regreso a la normalidad en el culto.
Al mismo tiempo se agradece públicamente la colaboración de los fieles en estos meses en los que el culto interno y externo se ha visto afectado de forma relevante».
Desde el Obispado de Huelva se ha mostrado su «alegría por este gesto de comunión de los obispos de las diócesis de la Provincia Eclesiástica de Sevilla», al tiempo que se recuerda que, en el caso de la Diócesis de Huelva, permanece vigente el Decreto sobre el uso de la vía pública para actos religiosos tras el cese del estado de alarma, de fecha 13 de mayo de 2021 y firmado por el vicario general, P. Emilio Rodríguez Claudio, OSA, que expresa la obligatoriedad de solicitud del acto público adjuntando el permiso taxativo y por escrito de la autoridad municipal competente y el visto bueno favorable del párroco».