La poesía, un año más, se asoma al silencio del camposanto para ofrecer palabras y sentimientos en forma de poemas. Es una cita con unos versos concretos, con unos párrafos que a buen seguro estarán llenos de lágrimas o de risas nerviosas, de buenas intenciones o de magníficos recuerdos, almacenados en algún lugar de su alma.
Una vez más, se hablará con poemas del amor, la vida y la muerte. Sensaciones tan dispares y tan lejanas como son ser o ser. Emociones tan encontradas como el propio brillo de los ojos en cada uno de esos poemas. Y es que para el martes día 2 de noviembre los poetas se volverán a reunir en el interior del camposanto, bien en la zona de nichos o de arboleda y alfombra verde recién cortada y paredes recién encaladas, o bien en la capilla, a cubierto de las inclemencias de este otoño impredecible.
Se escucharán las voces de los portugueses Clara Lourenço y Antonio Cabrita, de las onubenses Ana Deacracia y María Luisa Domínguez o de los ayamontinos Juan José Domínguez o Carmen Azaustre, entre otros muchos. Y se espera que el JAM Poético se llene de nuevos poetas dispuestos a sembrar con sus palabras nuevas las estrechas calles de este cementerio que guarda con extremado celo todas y cada una de las ilusiones de quienes aquí tienen su morada para siempre.
Poesía en el cementerio en el día de todos los difuntos. Lágrimas transformadas en palabras para acompañar a tanto ser querido asomado a esas ventanas que miran al infinito.
José Luis Rúa