Mesa de la Ría ya ha anunciado, «tras sospechar que la Junta de Andalucía dará luz verde a la Autorización Ambiental Integrada (AAI) al proyecto de Fertiberia, medidas contundentes en los juzgados para que la intención de la empresa sea derrocada». En este sentido, aprovechando el pleno de enero, la organización pretende que los partidos políticos que representan a los ciudadanos onubenses «se pronuncien y presenten alegaciones contra el proyecto de Fertiberia para las balsas de fosfoyesos«.
Mesa de la Ría ha puesto en marcha de una campaña de información, al igual que se hiciera en el trámite de Declaración de Impacto Ambiental (DIA), en el que está repartiendo un formulario tipo de alegaciones para que los propios ciudadanos, a título individual, puedan mostrar su oposición y rechazo a «un proyecto que únicamente consiste en dejar más de cien millones de toneladas de residuos para siempre en el lugar donde se encuentran, el cual, no olvidemos, que se trata de una marisma con un alto valor natural y que por tanto estamos obligados a conservar y proteger», ha asegurado el concejal de Mesa de la Ría, Rafael Gavilán.
Según el concejal, «ahora es el momento de que los partidos políticos se pronuncien a favor de los ciudadanos y hagan saber a Fertiberia que no estamos de acuerdo con su proyecto. Un propósito que va en contra de los principios naturales de la ciudad y que los onubenses dieron respuesta a través de la manifestación del pasado 2 de diciembre en el que la sociedad rechazó la intención de Fertiberia de llevar a cabo lo que para ellos era una restauración, pero para el resto de los onubenses consistía en un simple tapado de los residuos mediante una capa tierra, lo que a la postre significaba dejarlos en el mismo lugar para siempre».
Mesa de la Ría augura una «larga y dura batalla legal que terminará en los tribunales con la impugnación de la Autorización Ambiental, en el caso de que ésta fuera favorable a las pretensiones de Fertiberia, empresa que ha sido condenada por la justicia por incumplir la Ley y verter sus residuos ilegalmente en la marisma del Tinto a escasos metros de la ciudad».
