El presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padilla, ha puesto de manifiesto esta tarde, ante los periodistas, el dolor y zozobra que se esta viviendo en la hermandad y en Almonte, después de la rotura del paso de la Virgen, que ha hecho que la procesión haya durado solo tres horas.
«Las citas anteriores –en referencia a la procesión por Almonte y el traslado a la aldea– y la propia romería se estaban desarrollando con mucha normalidad y esplendor», ha añadido, a lo que añadía como incluso la salida de la propia Virgen hacía muchos años que «no se veía una salida tan limpia, se había puesto en el suelo seis veces, y los propios almonteños nos habían trasladado que estaban disfrutando, pero este incidente ha truncado un final feliz de la romería».
Como no podía ser de otra forma, ha reconocido debilidades en las nuevas andas, pero ahora lo que cabe es trabajar para «conocer cuál ha sido el factor que ha determinado la rotura de las andas», en la idea de que para la Romería de 2023 todo esté bien resuelto.
La rotura del banzo delantero izquierdo de las andas provocó el adelanto de la recogida de la Blanca Paloma. Iban tres horas de procesión y se habían visitado unas 40 hermandades filiales, por lo que el resto trasladaron sus Simpecados hasta el santuario para ir presentándose ante la Virgen por orden de llegada.
Padilla ha tenido palabras de agradecimiento para el pueblo de Almonte, por entender que lo más importante era la seguridad de la imagen.
Y ha explicado que «el nuevo proyecto de las andas, al que hemos dedicado mucho tiempo y esfuerzo durante estos tres años, ha manifestado debilidades en su estructura, pero pensamos que si estas procesiones se hubieran hecho con las anteriores andas, todo hubiese sido mucho peor y la imagen hubiera sufrido muchísimo más».
Por último, el presidente ha deseado a todas las hermandades y asociaciones rocieras que «la virgen les acompañe y no haya ningún percance en su viaje de vuelta».