El nuevo estudio científico publicado por la revista especializada Bulletin of Engineering Geology and the Environment, del profesor Felipe González Barrionuevo, miembro del departamento de Ciencias de la Tierra de la UHU, confirma «la existencia de hundimientos generalizados a lo largo de las balsas de fosfoyesos, de hasta setenta centímetros, desde octubre de 2016 hasta junio de 2021″, según explica Mesa de la Ría en una nota de prensa.
La medición de movimientos, que en determinadas zonas alcanza hundimientos verticales de hasta 15 centímetros al año, ha sido calculada a través de los satélites de la Agencia Espacial Europea, que disponen de precisión milimétrica.
Los desplomes se producen tanto en las zonas 2, 3 y 4 junto a las cenizas contaminadas con cesio-137 radiactivo, siendo más acusados en los lugares más sobrecargados tanto de la zona 2 y la 3.
El estudio detalla que los desplomes son continuos y lineales tanto en la zona 2 como en la 3, demostrando que no se ha producido la más mínima compactación que Fertiberia aseguraba que se produciría en 3 años y medio, es decir, los hundimientos de las balsas proseguirán durante muchas décadas al mismo ritmo, por lo que añadir más peso con la cubrición de tierra prevista por Fertiberia agravará el problema con enormes visos de producir una catástrofe medioambiental por la rotura de las balsas.
Igualmente, el estudio demuestra importantes desplazamientos y aperturas laterales que confirman la desestabilización de los taludes de la balsa 2.
Todos estos movimientos confirman y se enlazan con los estudios realizados por el comité de expertos de la Universidad, en los que el profesor José Borrego detectó migración de fluidos en la base de los fosfoyesos que es el fenómeno que posibilita los hundimientos tan importantes ahora constatados.
Por otro lado, el mantenimiento los fosfoyesos en la marisma, sin considerar siquiera el nuevo peso de la capa de tierra de Fertiberia, provocaría hundimientos constantes durante décadas que expondrían constantemente la contaminación ya detectada por el profesor Rafael Pérez López a los canales mareales que desembocan en el río, hecho que se constata en el estudio que se produjeron durante el temporal ‘Emma’, tal y como en esas fechas denunciaron colectivos como Mesa de la Ría y Greenpeace.
Documento científico sobre los fosfoyesos
Mesa de la Ría considera que este documento científico es sustancial para que las autoridades andaluzas detengan el “aberrante” proyecto de Fertiberia, denegando la Autorización Ambiental Integrada (AAI). El colectivo recuerda que la empresa ha negado sistemáticamente los estudios propios que dispone de medición de hundimiento de las balsas, sin aportarlos ni en la Declaración de Impacto Ambiental ni en la Autorización Ambiental Integrada. Ahora, la Universidad constata que el apilamiento aún se encuentra en una primera fase de consolidación y que el hundimiento constante del talud reduce la estabilidad del apilamiento con el consiguiente aumento del riesgo de colapso y contaminación.
Para Mesa de la Ría, “informes como el del profesor González son el motivo por el cual el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, tiene miedo de convocar el órgano de participación para las balsas de fosfoyesos para evitar “quedar con las vergüenzas al aire” tras su reiterado apoyo plenario a un proyecto que técnicamente se está demostrando inviable”.