El decapitador de Halloween «no tenía alteradas capacidades cognitivas», según han manifestado las psiquiatras forenses durante su declaración este martes en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Huelva contra M.J.N.B, que se enfrenta a 32 años de cárcel por matar, decapitar y pasearse por la calle con la cabeza de C.R. por las calles de Huelva en la víspera de Halloween.
Así, las encargadas de examinar al presunto asesino en dos ocasiones, ha dejado claro que el apodado como ‘El Mexicano’ no tenía alterada su capacidad de decisión cuando cometió el crimen, al tiempo que han recordado que se mostró arrepentido verbalmente aunque no de forma convincente porque esas muestras de arrepentimiento «no iban en consonancia con su comportamiento».
Igualmente, las psiquiatras forenses han señalado que consideran que el acusado «no necesita internamiento psiquiátrico ni tratamiento», reiterando, además, que «no pueden determinar» si este había consumido o no drogas en el momento de los hechos, ya que «las pruebas se hicieron varios días después».
Cabe destacar que, tal y como recoge Ángel Moya en OK Diario, «la primera vez que examinaron al acusado fue poco después de su detención por la Policía, cuando M.J.N.B. confesó al juez de instrucción que había asesinado a su amigo C.R. de manera sorpresiva aprovechando que le había dado la espalda y no podía defenderse. Hace unas horas, ante el tribunal que le juzga cambió su versión y aseguró que la víctima murió al golpearse de manera accidental en la cabeza tras caer durante el forcejeo que ambos mantenían.
M.J.N.B. asegura que al constatar que su amigo había muerto, perdió la cabeza y creyendo estar de nuevo en las cárceles de Méjico donde cumplió condena, decapitó a su amigo, lavó la cabeza y se fue de paseo con él como cualquier otro día de su vida.
La declaración de los forenses que practicaron la autopsia desmienten su relato. La víctima recibió una quincena de golpes, la mayoría en su cabeza. La que recibió en la parte posterior del cráneo y le produjo la muerte no pudo ser accidental. Los testigos han declarado que, precisamente, el acusado había amenazado previamente a la víctima con cortarle la cabeza».
