Seydou Diop ha tenido suerte. Si se puede considerar suerte tener que dejar tu país y hacer una larga travesía a través de África, cruzar el Mediterráneo en un cayuco y vivir durante años en condiciones infrahumanas en uno de los asentamientos de Lepe. Ha tenido suerte porque su permiso de residencio lo obtuvo en apenas un año y porque ha salido del bache.
Hoy 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos habla en un buen español con Huelva Ya para reivindicar los derechos de aquellos que no tienen su suerte, portavoz de muchos migrantes irregularizados.
Seydou Diop nació en 1991 en Senegal y llegó a Europa en 2016 en busca de un futuro mejor para él y para su familia. Empezó sus estudios de filología francesa en la universidad Cheikh Anta Diop de Dakar pero por carecer de recursos nunca pudo terminarlos. Inicio su travesía con la ayuda de su hermano mayor. Atravesó Senegal, Malí, Níger y Libia, logró embarcarse rumbo hacia Italia y seguir su viaje hasta España.
Tras tres años viviendo y trabajando en España sin permiso de residencia ni de trabajo, afanándose en distintas campañas agrícolas del país, habiendo vivido en las chabolas de Lepe y en las calles de Albacete, ahora que ha logrado adquirir su permiso de residencia y que ha desaparecido el miedo, se está labrando un futuro mejor.
Seydou lo tiene claro. En España, en Huelva, «no se cumplen los derechos humanos. Los derechos humanos hablan de la dignidad de las personas y con mi comunidad no se respetan, están viviendo situaciones infrahumanas y es algo que ya ha dicho hasta la ONU».
«Somos varios los colectivos y entidades sociales que intentan dignificar la situación de estas personas porque las promesas no se han cumplido». Seydou lo sabe bien porque ha encontrado trabajo digno como técnico de Asnuci (Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad), la asociación que ha impulsado un albergue que sirva como alojamiento digno para los temporeros a través de una campaña de Crowdfunding para «demostrarle a las administraciones que no hay escusas para enfrentarse a esas realidades». El albergue «va muy bien» y podrá ser inaugurado muy pronto. Es una cuestión «de justicia social, de poner a las personas en primer plano».
Seydou Diop lamenta la situación en la que viven los que no tienen tanta suerte como él. «Es una situación tremenda vivir en una chabola con las lluvias de los últimos días y con el viento, es como vivir sin techo, no se están respetando los derechos», insiste.
En los asentamientos «no hay agua potable, no hay electricidad, no hay nada más que plásticos y cartones que son un peligro cuando salen ardiendo». Recientemente, otro joven senegalés como él, Aliou Dione, encontró la muerte por una infección de garganta que se complicó por las situación en las que vivía, por lo que vivir así tiene consecuencias graves.
La situación de las viviendas es un claro ejemplo, pero no el único. El artículo 6 de la Carta de los Derechos Humanos habla de que «todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica». Esto se les niega en el hecho del empadronamiento, donde los inmigrantes irregulares continúan teniendo auténticos problemas en una maraña burocrática, pese a que existe jurisprudencia al respecto sobre la obligación de los ayuntamientos a tramitarla.
«Es muy difícil conseguir el empadronamiento. Yo tuve suerte, pero muchos de mis compañeros tardan hasta cinco años en conseguir ese documento que es básico. Sin él es más difícil encontrar vivienda, cobrar ayudas como el paro si has tenido trabajo… es vital», asegura, y es la falta de ese empadronamiento lo que verdaderamente «impide a muchos integrarse».
Seydou Diop asegura que no pide nada especial: «cuando estamos aquí pagamos alquiler, pagamos el IVA de los productos que compramos, no nos regalan nada»:
La Junta de Andalucía, ha señalado recientemente que en esta legislatura va a poner en marcha los planes para erradicar el chabolismo algo con lo que Seydou Diop es escéptico: «Ya llevamos años con algunas promesa y no se han cumplido, no tenemos que decir nada hasta que no sea real» y hay que ver también «cómo se cumple esa promesa, porque hay que erradicar el chabolismo con viviendas dignas, no dejando a la gente en la calle».
El trabajo de Seydou Diop en Asnuci
Seydou Diop asegura que hace falta «valentía» para salir de esas «situaciones precarias» y «luchar» para salir de esa «trampa social». Él lo ha conseguido. No solo está trabajando en Asnuci y vive en un piso de alquiler, sino que además, está estudiando Administración y Dirección de Empresas:
Con Asnuci, participan en muchas actividades por la integración de los migrantes en su entorno onubenses, «hacemos convivencias, charlas con grupos de estudiantes para contarles nuestra situación, charlas jurídicas sobre los deberes y obligaciones que tenemos en España, clases de español, acompañamiento, eventos, se trata de que se puedan integrar y conocer gente nueva».
