La crisis en el criptomercado puede sugerir no solamente las amenazas sino también las oportunidades. En particular, los inversores podrían aprovechar el momento para llenar sus arcas de activos digitales con mucho descuento. También es verdad que, a diferencia de las acciones, las criptomonedas no tienen un valor fundamental por lo que es difícil de calcular su valor razonable.
¿Qué hay que hacer entonces?
La reciente caída en el precio del BTC fue resultado no tanto de la pérdida de confianza en la moneda como de los factores externos. En particular, las crecientes presiones por parte de los reguladores, la subida de tipos por los bancos centrales y la consecuente huida de los inversores de los “activos de riesgo”. El fraude de Sam Bankman-Fried y “Reina Carolina” le echaron más leña al fuego.
La mejor estrategia en este tipo de situaciones – no tomar las decisiones en caliente. Al ver constantemente números rojos en el mapa de calor de criptomonedas, muchos traders caen en la tentación de vender sus activos a cualquier precio. Obviamente, si las perspectivas futuras no parecen muy brillantes, como en el caso de FTX & Co, no sería la peor decisión. En el caso de Bitcoin, sin embargo, habría que pensar más a largo plazo.
Dicho esto, una vez se resuelvan los “headwinds”, las inversiones en Bitcoin podrían recuperarse. Es posible que el cambio de tendencia bajista se produzca una vez la Fed relaje su política agresiva de tipos. De tal manera que el año que viene podría ser igual de volátil. El tiempo dirá si es buena o mala noticia, pero las oportunidades de ganar o perder dinero habrá muchas.
Cuando se trata de predecir el futuro, tradicionalmente ha habido una competencia secreta entre economistas, meteorólogos y corredores de apuestas sobre quién es el peor pronosticador de los próximos eventos. Basta con echar un vistazo a las noticias de diciembre de 2017, cuando analistas y entusiastas del blockchain de todo el mundo esperaban que Bitcoin creciera al menos x100.
Es importante señalar que el volumen de operaciones de Bitcoin representa casi el 70% del mercado total de criptodivisas. En otras palabras, un desplome importante de la criptomoneda número uno podría arrastrar consigo al resto de los activos digitales. En algunos casos, incluso los stablecoins pueden desvincularse del dólar, como pasó hace un par de meses con USDT.
De cara al futuro, la adopción masiva podría dar un empuje a los activos digitales. El único problema es que las criptodivisas fueron diseñadas para ser utilizadas en línea. Debido al problema de la escalabilidad (bajo número de transacciones por segundo) las transacciones pueden quedarse atascadas en la cola, lo que impide la implementación de las criptomonedas y blockchain en el sistema financiero mundial.
Si los creadores de bitcoin encuentran la solución, como lo hicieron una vez en 2017, cuando se implementó Segregated Witness, liberando así espacio para transacciones adicionales al separar una gran cantidad de datos de transacciones del bloque de transacciones, todo el mercado de criptomonedas se beneficiará, influyendo positivamente en el precio de Bitcoin y Altcoins.
En general, aunque el futuro de Bitcoin no está claro, es evidente que no desaparecerá. Más bien lo contrario – pronto podría convertirse en parte del sistema financiero tradicional. Hacer predicciones sobre el precio de Bitcoin para el 2023, sin embargo, está casi 100% condenado al fracaso. Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos es de suponer que, al menos a corto plazo, seguirá bajo presión.
Para concluir, me gustaría recordar las palabras de Vitalik Buterin: «las criptomonedas siguen siendo una clase de activos nueva e hiper volátil, y podrían caer hasta casi cero en cualquier momento. No invierte más dinero del que puede permitirse perder. Si está tratando de averiguar dónde guardar los ahorros de toda su vida, los activos tradicionales siguen siendo su apuesta más segura».