El San Roque de Lepe deja atrás este 2022 con dos caras muy diferentes. La pasada campaña con una temporada espectacular, donde de la mano de Antonio Fernández Rivadulla rozó la heroica de clasificarse para unas eliminatorias de ascenso a Primera RFEF, a pesar de tener uno de los presupuestos más bajos de la categoría; y la actual campaña, donde con el onubense Juan Manuel Pavón, ha tenido que partir casi de cero en su proyecto deportivo y a día de hoy está luchando para salir de los puestos de descenso a Tercera RFEF.
El San Roque tiene difícil poder competir con grandes presupuestos y plantillas en Segunda RFEF pero lo intenta con todas sus fuerzas y al menos quiere hacerse un hueco en una categoría que para el pueblo de Lepe le viene muy bien. Pero debe reforzarse en este mercado invernal si quiere ser más competitivo y salvarse, ya que un descenso le pondría aún las cosas más complicadas ante proyectos futuros.
Tiene una buena masa social y una plantilla con sus limitaciones pero con mimbres para lograr el objetivo de la permanencia y ese debe ser el objetivo prioritario de un club y de un equipo que con humildad puede pelear por todo.