Desde Andalucía Por Sí Huelva hemos visitado recientemente la Barriada Juan Carlos de la mano de vecinos que nos han ido enseñando los diferentes problemas que actualmente tiene la citada barriada.
Nos han mostrado cómo la zona de alrededor de la actual Escuela Oficial de Idiomas de Huelva presenta un gran abandono, tanto de una falta de limpieza acuciante como de mantenimiento, viendo que muchas de las escaleras que discurren por ambos laterales de la citada escuela carecen tanto de la barandilla de seguridad como de un estado aceptable de los escalones.
Observamos que hay muchos muros y suelos con abundantes grietas, aparte de ver cómo los propios muros se están venciendo por su propio peso, siendo una amenaza de derrumbe. Creemos que los dos edificios actuales que hay del antiguo colegio donde hoy se asienta el centro de idiomas podrían ser usados por las administraciones en vez de ser un foco continuado de suciedad, incendios y consumo de drogas. Queremos recordar que ni la Junta de Andalucía ni mucho menos el Ayuntamiento de Huelva han hecho nada real para aumentar la seguridad en tales edificios.
Pensamos que no se puede consentir que actualmente las pistas deportivas, las cuales costo la última reparación unos 60 mil euros, estén ahora completamente abandonadas por parte del Ayuntamiento. Viendo como las grietas avanzan por doquier por el suelo, cristales que se acumulan en la zona de las esquinas, una portería arrancada y la otra oxidada, sin olvidar que ya ha habido varios incendios en el interior por parte de actos vandálicos.
Los vecinos nos informan que el propio alcalde Gabriel Cruz les prometió que estas pistas iban a ser para los vecinos del barrio gratuitamente, teniendo en cuenta que hasta hace poco tiempo los vecinos se encargaban de abrir y cerrar las pistas altruistamente ante el pasotismo del Ayuntamiento.
Una situación que terminó cuando la concejala María Teresa Flores decidió cerrar las pistas deportivas sin ninguna alternativa de poner a algún operario que se encargara de su mantenimiento y vigilancia para que los vecinos pudieran seguir disfrutando de ellas, lo que ha derivado, según nos comentan algunos vecinos, en continuos actos vandálicos y roturas de la valla, sumándole que aún estando en teoría cerrada, se ha seguido abriendo sin supervisión ninguna. También se ha podido ver cómo personas hacen un uso privado de tales pistas abriendo la puerta, preguntándonos cómo es posible esto si la única llave se la llevo la citada concejala.
Por último, vemos que el Parque Infantil con el que cuenta esta barriada es un peligro para los más pequeños, con continuas grietas en el suelo, levantamiento de las capas o parches en el caucho que pueden generar accidentes, incluyendo la falta de iluminación.