Incluso antes de los acontecimientos trágicos en el estado de Kahramanmaras, Turquía no entraba en el grupo de economías “fuertes y resilientes.” En gran parte, debido a la hiperinflación, que fue el resultado de la balanza comercial en déficit, así como de la aplicación de un marco de política económica contradictorio por parte del Banco Central de la República de Turquía o, mejor dicho, el propio presidente.
Mientras que las economías en rápido crecimiento utilizan las subidas de los tipos de interés para aumentar el coste del dinero prestado y reducir la actividad económica, Turquía ha mantenido sus tipos de interés muy bajos, lo que ha puesto a la economía en una situación difícil. Se puede decir que el país se está acercando al borde del precipicio.
Según el estudio del Banco de España, una política monetaria extraordinariamente laxa ha dado lugar a una fuerte depreciación del tipo de cambio y a una tasa de inflación muy alta. Asimismo, el estudio indica que Turquía también se ha visto afectada por la invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa, debido a las exposiciones a esos países y su fuerte dependencia energética.
Punto de partida
La actual crisis financiera y económica en Turquía fue provocada por un déficit en la balanza comercial y comenzó hace más de 5 años. Desde entonces la lira turca hizo nada más que desplomar frente a la mayoría de las principales monedas mundiales. En el último año solo el par USD/TRY creció más de un 38%, superando 18,86 liras por dólar.
También es verdad que la moneda local parece haberse estabilizado desde principios de octubre de 2022. Al parecer, el hecho de que el banco central del país adoptó un centenar de nuevas normas en vísperas de las elecciones del próximo año finalmente calmó a los inversores. Aun así, esto no significa que las perspectivas se hayan vuelto más optimistas.
Para ello es necesario que la situación económica en el país mejore de manera sustancial. En este contexto, es recomendable estar atento al calendario económico. Aparte del clima empresarial, inflación, el PIB, datos de empleo, habría que seguir las entradas de inversión en el país que últimamente dejan mucho que desear.
Inflación y sus consecuencias
Según los datos de noviembre, la inflación en Turquía alcanzó el 85% y el precio de los alimentos subió un 99% en un año, de la vivienda un 85% y del transporte un 117%. La subida incontrolable de precios tiene implicaciones políticas para Erdogan, ya que el aumento del coste de la vida ha socavado el apoyo público al presidente.
De igual manera, la depreciación de lira turca empobreció a los ciudadanos del norte de Siria, que utilizan la moneda turca para sus transacciones cotidianas. La subida de los precios de la energía y otras materias primas, motivada por el conflicto entre Rusia y Ucrania, está agravando la situación, lo que provoca un aumento del coste de las importaciones y, por tanto, una mayor inflación.
¿Qué pasará con el par USD/TRY en el futuro? La «liralización» de la economía lanzada por el banco central ha estabilizado el tipo de cambio. Pero, es muy probable, que se trate de una solución a corto plazo, ya que convertir los depósitos en divisas en depósitos en liras y forzar la conversión de los ingresos de exportación no ayuda con la política monetaria divisiva que utiliza el banco central.
Con el crecimiento del déficit por cuenta corriente y una tasa de inflación superior al 80%, los analistas prevén una mayor debilidad del valor de la lira turca.