Este lunes se ha inaugurado en La Antilla el conjunto escultórico “La Regaora” cedido por el Ayuntamiento de Córdoba. El alcalde de Lepe, Juan Manuel González, el escultor José Manuel Belmonte y miembros del equipo de gobierno municipal han asistido al acto, en el que se ha revelado la versión de la famosa escultura cordobesa que ahora luce en la playa lepera con todo su esplendor.
El Ayuntamiento de Córdoba ha donado esta réplica del conjunto escultórico de “La Regaora” para su colocación en la playa lepera, como elemento artístico y cultural. “La Regaora” original está ubicada junto a la Puerta del Rincón de Córdoba.
El conjunto escultórico se inauguró en abril de 2014 siendo un gran reclamo para turistas y paseantes. La protagonista es una mujer esculpida en bronce, que con su cubo de agua cerca riega sus macetas con una caña y una lata, evocando el mimo con el que Córdoba cuida sus patios.
“La Regaora” pasa a formar parte del Museo al Aire Libre de La Antilla, un proyecto cuenta con un enfoque turístico y cultural y nació en 2017 con el propósito de rendir homenaje a los principales monumentos de la geografía nacional y consiste en la colocación de elementos o réplicas de los iconos más emblemáticos del país para que luzcan en distintos lugares de La Antilla y se conviertan en un nuevo y atractivo reclamo turístico.
La Antilla cuenta desde 2019 con un tramo de la icónica barandilla de la playa de La Concha, así como con La Menina de La Antilla, cedida por el Ayuntamiento de Madrid.
Durante la inauguración, el Alcalde ha agradecido al Ayuntamiento de Córdoba la donación, así como ha destacado «la exquisita belleza de la escultura, que es una de las más fotografiadas de Córdoba y esperamos que ahora también de La Antilla», animando a todo el mundo a que «disfrute del arte junto a nuestro océano, como marco incomparable».
Por su parte, el autor ha descrito la obra, que «me recuerda a mi abuela, que vivía en un patio de vecinos y que regaba las plantas con agua de lluvia, con la caña y la lata» y ha añadido que «representa a la mujer cordobesa, de tez morena y ojos almendrados con unas facciones casi árabes, con el típico moño cordobés, con ropa fresca por el calor de Córdoba y hago un guiño con los pendientes a la orfebrería cordobesa y con las sandalias a la marroquinería».