No tenemos idea de cómo agradecer vuestra presencia, las llamadas, los mensajes y tantas muestras de cariño.
Muchísimas gracias a los medios de comunicación que también se hacían eco de esa angustia insostenible que cruzaba el aire clamando respuestas. Nunca nos dejasteis solos. Todos vosotros hicisteis esa labor desinteresadamente hermosa de intentar apagar nuestro desconsuelo por algunos instantes y recordarnos que nuestra querida ARIADNA tenía que dejarnos y continuar su camino siguiendo el rumbo de su estrella. ARIADNA se nos marchaba con solo nueve años después de derramar sobre todos nosotros la generosa luz de su inocencia, el alma en paz, y llevándose todo nuestro amor, y el vuestro, posado en su regazo…
Con vuestra compañía, vuestras palabras, abrazos y besos, habéis conseguido el milagro de convencernos que nuestra Princesa había nacido profesora de supervivencia a pesar de todo.
Muchísimas gracias a todas a aquellas personas e instituciones que durante estos nueve años de lucha incansable nos ayudaron a conseguir fondos para la investigación del SÍNDROME DE RETT. ARIADNA no se ha marchado para siempre, ya que la vida es un proceso; solo se ha congelado el tiempo y la sentiremos a nuestro lado silenciosamente viva. Pero nos deja un mensaje, un reto y un legado para seguir investigando. Y así su vida y nuestro trabajo no habrá sido en vano.
Nos queda ir sustituyendo las ausencias por recuerdos, porque descansa en paz y sin dolor en su merecido palacio al otro lado de las nubes.
Un millón de gracias por no dejarnos solos en ese instante atemporal de la triste despedida. No podremos tocarla con las manos, pero todos conservaremos la lección de vida que ARIADNA nos dio. Fue un orgullo que nos eligiera para ser su familia.
Nuestro abrazo sincero.
Daniel, Elvira e Inés.