El Recreativo de Huelva ya es equipo de Primera RFEF y una vez pasadas más de 24 horas de la cita histórica que se vivió el domingo en un Nuevo Colombino a reventar, es hora de hacer balance y de analizar cómo se ha producido ese segundo salto consecutivo de categoría a la tercera categoría del fútbol español.

Aunque es cierto que el cuerpo técnico que ha comandado Abel Gómez no lo ha tenido fácil y ha tenido que superar muchos contratiempos en forma de lesiones graves de jugadores importantes en su plantilla durante la temporada, no es menos cierto que el fútbol que se ha visto en Huelva esta campaña dista mucho de lo que se merece una de las mejores aficiones del país, capaz de movilizar a toda una ciudad y de llenar un campo con más 20.000 espectadores en un partido de cuarta categoría.

El Recre ha ascendido y no debe importar tanto el cómo sino el resultado final, aunque el Decano se ha caracterizado por ser un equipo destructor más que creador de juego, defensor más que atacante y mucho más resultadista que vistoso en su juego. La afición decana no ha podido prácticamente disfrutar de ningún partido de la temporada y mucho menos de las eliminatorias de ascenso, donde Gimnástica Segoviana y Cacereño hicieron méritos de sobra en el campo para haber salido vencedores de estas eliminatorias.

Pero si algo ha sabido hacer bien el equipo de Abel Gómez ha sido saber competir, saber sufrir y saber adaptarse a las condiciones del juego, que en la mayoría de las ocasiones han sido las de replegarse, defender y convertirse en una fortaleza en defensa, para luego aprovechar lo poco que generaba en ataque.

Y a los números hay que remitirse, ya que el Decano en 38 partidos oficiales, ha ganado 18, empatado 15 y perdido sólo 5, con 41 goles a favor y sólo 25 en contra. Ha encadenado en la recta final 15 partidos seguidos sin perder y para los rivales se ha convertido en un auténtico muro casi infranqueable y donde muy pocos le han podido hacer daño.