La Asociación de Productores y Exportadores de la Fresa de Huelva, Freshuelva, se suma y estará presente en la manifestación que protagonizarán este martes los agricultores y ganaderos españoles en Córdoba para exigir un cambio en la política agraria europea que garantice el sistema alimentario y un modelo profesionalizado de agricultura.
Freshuelva se suma a la protesta convocada por Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agro-alimentarias de España ante la “situación de indefensión que vive el sector agrario, amenazado por las políticas de la UE y la creciente competencia desleal de terceros países y gravemente atenazado por el encarecimiento de los costes de producción, la sequía y la falta de rentabilidad de las explotaciones”.
En este sentido, aprovecharán la reunión de ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) de mañana en Córdoba, que contará con la asistencia del comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Janusz Wojciechowski, para exigir “soluciones políticas coherentes en materia de cambio climático, seguridad alimentaria y protección del tejido productivo nacional y europeo”.
Los agricultores insisten en la necesidad de contar con unas “nuevas reglas del juego” donde la alimentación, garantizada desde el sistema productivo construido sobre la seguridad y la calidad, se convierta en una cuestión de máxima prioridad para la UE”, reclamando un trato igualitario para las producciones europeas y las de terceros países, con la intensificación de los controles en frontera para garantizar la entrada de alimentos producidos bajo las mismas exigencias fitosanitarias, laborales y de calidad a las que están obligados los productores europeos.
Además, lamentan que los acuerdos de libre comercio de la UE, caso del Mercosur, “utilizan de forma sistemática al sector agrario como moneda de cambio, obligando al cierre a miles de explotaciones agrícolas y ganaderas de toda Europa”.
Freshuelva advierte de que el sector agrícola en general, y el de frutos rojos en particular, “se encuentra en una situación ruinosa como consecuencia de la disparatada subida de los costes de producción, superior al 35% en 2022; la caída de la productividad por efecto de la sequía y unos precios en origen que no garantizan cubrir los costes de producción”.