La Fundación TAU está llevando a cabo un proyecto en diversos puntos de la provincia para crear grupos de apoyo a mujeres con discapacidad intelectual con el objetivo de promocionar la igualdad y prevenir los malos tratos y la violencia de género en estos ámbitos.
El proyecto del que se están beneficiando unas 25 mujeres, ha sido financiado en parte con fondos de la Diputación Provincial de Huelva que aporta 3.000 euros al plan y tiene un coste total de 6.200 euros.
Según ha explicado el presidente de la Fundación TAU, Rafael Pozo, “este programa va dirigido a un colectivo de personas con gran vulnerabilidad, que sufre una triple discriminación, por ser personas con discapacidad intelectual, mujeres, y contar con muy escasos recursos económicos”.
Los grupos de apoyo coordinados por personal especializado en trabajo social se están desarrollando en varias residencias de la provincia concretamente en ‘El Pastorcito’ de Almonte, ‘La Viña’ de Chucena y la residencia ‘Chanza’ de Cortegana.
Estos grupos de apoyo van dirigidos a mujeres con discapacidad intelectual y elevada autonomía personal, que viven en sus domicilios o en residencias, las cuales cuentan con la amenaza común de repetir patrones de relaciones tóxicas, de hiperdependencia emocional y baja autoestima en muchos casos.
Además, al igual que ocurre con la violencia de género, sus casos son invisibles para todos los agentes que no estén en contacto directo con ellas hasta que la situación se agrava por la inaccesibilidad a oportunidades de inclusión.
Junto con el apoyo emocional, se estima que la colaboración de la Fundación TAU en este sentido también beneficia a sus posibilidades de empleabilidad y formación, donde este grupo de personas tiene especiales dificultades.
Parta la Fundación TAU, es necesaria la intervención de profesionales del sector social y de la discapacidad para hacer una adecuada detección de necesidades y casos, así como del seguimiento, ya que esta población cuenta con unos ritmos de aprendizaje y dificultades para salir (o no entrar) en situaciones de vulnerabilidad muy elevadas.
Los servicios sociales comunitarios no tienen la capacidad para cambiar actitudes, desaprender hábitos adquiridos, concienciar a las protagonistas y a su entorno, etc. No obstante, dentro de las finalidades de este programa está el incorporar a mujeres que lo deseen en programas públicos o privados como alternativas o complementos a este proyecto.
El programa busca la creación de un grupo de apoyo mutuo con actividades y/o trabajo individual en un grupo de mujeres con especial vulnerabilidad. Entre ellas hay mujeres que viven en contextos residenciales y mujeres que viven en domicilios propios, cedidos o alquilados.
Las actividades y estrategias previstas están diseñadas con la intención de que el propio grupo se convierta en una red de apoyo entre las propias participantes, que sea sana, guiada y supervisada.