El trabajo docente en el aula no solo consiste en la transmisión los contenidos curriculares de cada asignatura al alumnado, sino que tiene un imprescindible componente trasversal que abarca, entre otros aspectos, la educación en valores y saber gestionar posibles conflictos que surjan en el día a día.
Bien sabe de eso Laura Limón, profesora de Matemáticas del IES Fuente Juncal de la localidad onubense de Aljaraque, que ha dado toda una lección de docencia trasversal cuando este miércoles, al entrar en una de sus clases, se encontró con una esvástica dibujada en la pizarra.
Tal y como informa el Recreo Diario, la profe decidió preguntar quién la había dibujado, al no recibir respuesta, calló durante unos minutos y no dio inicio a la clase, para, después, obviar las mates y hablarle a su alumnado de lo que significa la cruz gamada, de lo que supone el símbolo nazi y el daño que ha hecho y hace su puesta en valor. Así describe la situación Laura Limón en su perfil de Facebook:
«A veces… También pasan cosillas menos agradables en clase. Hoy, en un 3º de ESO, al ir a borrar la pizarra… Me encontré con una esvástica. La verdad… Me puse muy muy triste. Porque es un grupo bueno y a pesar de insistir en que lo borrase quien lo había hecho, nadie decía nada. Por supuesto, dije que con eso en la pizarra no iba a dar la clase…
Me quedé en silencio durante unos minutos y me di también tiempo para reflexionar y ver qué hacer. Al rato les hablé del nazismo, del fascismo, de los totalitarismos y de la dictadura franquista en España. Por supuesto, les hablé de cómo viven las mujeres, los obreros y obreras, la gente que no es de clase alta y las opresiones y vejaciones que sufre la gente en una dictadura. Los NO derechos que tienen, los exilios, la falta de libertad, el hambre, la falta de acceso a derechos básicos…
De las mujeres en dictaduras, solo les hablé de la sumisión a los hombres, a sus caprichos, de las vejaciones, agresiones, la falta de voto, de voz, incluso en sus propias casas. De los derechos de las personas gays, lesbianas, transexuales, etc. solo les dije que en nuestra dictadura eran encarcelados, agredidos, maltratados o asesinados.
Por supuesto , la mayoría de los que estaban en ese aula seguramente verían cómo un padre, un hermano, tío o una mujer sindicalista cercana a su familia no volvería a casa por el simple hecho de tener ideas sobre la justicia social y la dignidad de las personas. Un día no volvería a casa y podría ser rapado, encarcelado, no tener juicio justo o ni siquiera tenerlo, y finalmente, tras meses en una cárcel fría y lúgubre, un día serían asesinados en la tapia de un cementerio y tirados en una fosa común o en una cuneta de una carretera.
Tras esto, una alumna dijo que había sido ella. Que estaba arrepentida, que uno de cuarto de ESO le había dicho que pintara dos zetas puestas así y que ella no sabía qué era ese símbolo. Que le sonaba, pero que si llega a saber qué era, no lo hubiera puesto. Luego hablé con ella.
Continuamos nuestra clase de matemáticas. Y tras de mí, entraba mi compañero Carlos García Bello y continuó hablando con ell@s y mostrando su trabajo con el alumnado sobre los campos de concentración.
Todo esto lo cuento… Porque HAY QUE PARAR UNA CLASE. Hay que hacer mucha pedagogía con ell@s. Tener paciencia y explicarles y que se expliquen. Podía haber puesto un parte de disciplina y punto… Pero creo que eso no educa. No les hace reflexionar. No les hace empatizar».
Educación en el más amplio sentido de la palabra. Todo un ejemplo de compromiso pedagógico y social esta experiencia de Laura Limón, la profe de mates que sabe de la importancia de la docencia trasversal.