El rechazo absoluto y la condena unánime a la violencia de género ha sido el protagonista en la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que ha tenido lugar en los soportales de la Diputación Provincial. Instituciones y ciudadanía se han dado cita en la lectura institucional del manifiesto de las diputaciones andaluzas, en el que han participado representantes de todas las administraciones, así como la Universidad de Huelva.
‘No esperaba que él fuese capaz…y la mató’ es el lema este año, consensuado, al igual que el manifiesto y la campaña por las ocho diputaciones andaluzas, para ofrecer una imagen y un mensaje únicos como forma contundente de rechazo hacia la violencia machista. Una campaña que plantea mensajes directos obtenidos de personas reales que creían que no pasaría nada y luego no fue así, y que interpela a los entornos de las víctimas para implicarles en la importancia de su intervención. Y es que según los datos de esta lacra social, el treinta por ciento de las mujeres no denuncia porque no considera la violencia que sufre lo suficientemente grave, que no merece la pena o que es un hecho puntual.
En la lectura han participado el presidente de la Diputación, David Toscano; la subdelegada del Gobierno en Huelva, Manuela Parralo; el delegado del Gobierno de la Junta, Manuel Correa; el concejal de Servicios Sociales, Familias y Accesibilidad, José Manuel Moreno, y la directora de Igualdad de la Universidad de Huelva, Cinta Martos.
Tras el manifiesto, ha tenido lugar una actuación musical de Voyage Project, dúo formado por Vicky Vega y Mario Pousada, que han interpretado temas relacionados con la denuncia de la violencia y el empoderamiento de la mujer, con los que se ha cerrado el acto.
Declaración institucional 25N
La ONU designó el 25 de noviembre del año 2000, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, e invitó a gobiernos, organizaciones internacionales y ONG a realizar actividades todos los años sobre esta fecha para elevar la conciencia social. Sin embargo, a nivel global, todavía hay 49 estados donde no existe legislación que proteja a las mujeres de la violencia de género.
Según información de la Secretaría General de la ONU, cada once minutos es asesinada una mujer o niña a manos de su pareja o algún miembro de su familia, y sabemos que otras crisis, desde la pandemia hasta las perturbaciones económicas, no hacen más que aumentar las agresiones físicas y verbales.
Las mujeres y las niñas también son objeto de la violencia en Internet, del discurso de odio misógino, el acoso sexual, la pornografía de venganza y la coerción sexual por depredadores.
En nuestro país, todavía no ha finalizado el año y ya hemos igualado la cifra de mujeres asesinadas por violencia de género respecto al anterior.
Alerta la Fiscalía General del Estado del ascenso del número de víctimas, 50 mujeres en 2022, de los que 12 asesinatos ocurrieron en el mes de diciembre, como presagio de un fatídico año 2023 para las mujeres de nuestro país con 50 asesinatos y 50 huérfanos y huérfanas. Andalucía es la comunidad autónoma con más asesinatos, 16 mujeres, destacando como muy preocupante la incidencia de estos crímenes y la violencia de género en nuestros municipios.
La perduración de determinadas tradiciones en la sociedad rural propicia un mayor grado de normalización y dificultad en el reconocimiento de las conductas machistas, lo que limita las denuncias. A ello hay que sumar otros factores como aislamiento y dispersión de los recursos, la ausencia de anonimato, el miedo al estigma, a ser señaladas y culpabilizadas. Todo nos lleva a considerar que en las zonas rurales, las mujeres víctimas de la violencia de género, tienen mayores dificultades para salir de la violencia y recuperar su vida.
También se alerta como factor de vulnerabilidad las causas que contribuyen a la sobreexposición de las mujeres extranjeras a la violencia de género, tales como la carencia de redes sociales de apoyo, las barreras idiomáticas, el desconocimiento de sus derechos y la dependencia del agresor.
Es preocupante la tendencia de la violencia de género a aparecer cada vez en edades más tempranas, tanto en víctimas menores de 18 años como en agresores, según el INE. A este dato se une el que cada vez son más los jóvenes que la niegan y no reconocen a los agresores como tales, uno de cada cinco chicos entre 14 y 29 años.
Además, las agresiones sexuales cometidas por y sobre menores se han incrementado en casi un 50% respecto al año anterior. Esta tónica ascendente es constante, con el riesgo del mal uso de herramientas digitales como las redes sociales o la posible carencia de una adecuada formación afectivo-sexual.
Desde hace 20 años -2003- que se contabilizan los casos, se puede afirmar que la violencia contra las mujeres arroja por desgracia datos incontestables: 1.234 mujeres víctimas mortales y más de dos millones de denuncias.
Pese a décadas de políticas de igualdad de diferentes administraciones públicas, de activismo del movimiento feminista y organizaciones por los derechos de las mujeres, así como de la creciente concienciación social, la evidencia indica que el avance para poner fin a esta violencia es insuficiente.
Han surgido movimientos antiderechos y discursos negacionistas dela violencia de género, que refuerzan a maltratadores y acentúan la vulnerabilidad de las víctimas, junto a otras tendencias que abordan el problema de manera superficial con respuestas triviales a graves injusticias, vaciando de contenido las palabras de las mujeres y adormeciendo a la sociedad ante el dolor de las víctimas. Sin embargo, los asesinatos y otras formas de violencia contra las mujeres y las niñas, son evitables.
Junto con la respuesta institucional y las organizaciones de mujeres, ahora más que nunca, se necesita el apoyo de las personas que forman parte del entorno cercano de las víctimas, que suelen conocer si una mujer sufre violencia de género. Su intervención es esencial para que pueda salir de ella. Amistades, vecindario, familiares cercanos, compañeros y compañeras de trabajo y estudios, demasiadas veces observan en silencio estas agresiones.
Las Administraciones aquí presentes consideramos que la violencia de género es una grave violación de los derechos humanos, y, que el irrenunciable desarrollo de actuaciones para la efectividad del principio de igualdad en nuestros territorios, es fundamental para su eliminación.
Un año más, en conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, nos comprometemos a:
1. Incrementar los esfuerzos en el ámbito rural, proporcionando recursos de prevención, asistencia, acompañamiento y protección a las víctimas en los municipios.
2. Contribuir a la prevención de la violencia de género en edades tempranas, así como mejorar la detección y atención a las nuevas formas y manifestaciones de la violencia (como la ciberviolencia, violencia sexual grupal, etcétera).
3. Desarrollar medidas de prevención y atención desde la perspectiva de la interseccionalidad, atendiendo a las características de la población de nuestros municipios.
4. Sensibilizar y hacer un llamamiento a toda la sociedad, especialmente a los hombres y a los jóvenes, para que muestren su máximo compromiso y colaboración en la lucha contra la desigualdad de género y la violencia que causa.
5. Apoyar a las asociaciones de mujeres y grupos de ciudadanos y ciudadanas implicados en los retos feministas.
6. Profundizar y reforzar la colaboración pública privada contra las violencias machistas hacia las mujeres y las niñas, implicando a las personas cercanas que la conocen: “habla, actúa, denuncia por ellas”.