El San Roque de Lepe sigue sumando años, 67 en la actualidad y en este 2023, continúa alternando las buenas con las malas noticias, tanto en los terrenos de juego como en los despachos.
En el plano burocrático, el club estuvo en el pasado mes de junio a punto de descender dos categorías, ya que adeudaba 63.000 a técnicos y jugadores y al final gracias a la aportación del Ayuntamiento, empresas privadas e instituciones, el club pudo hacer frente a los pagos pero el problema sigue estando latente como no haya venta y unos inversores que apuesten por Lepe y por el San Roque.
Y en el plano deportivo, cara y cruz. La pasada campaña, la cara, con un equipo comandado por Juanma Pavón, que hizo una sensacional temporada y hasta el final estuvo peleando por los puestos de ascenso a Primera RFEF, aunque finalmente se quedó en una meritoria séptima plaza.
Y la cruz esta temporada, con un equipo que ha hecho un pésimo arranque liguero, penúltimo en la tabla, a cinco de la salvación, aunque creciéndose con los grandes y siendo capaz de ganarle a serios candidatos al ascenso, pero luego en su propia liga no está sabiendo sacar los partidos.
Precisamente, el San Roque se agiganta y tanto en la Copa Federación como en la Copa del Rey ha tenido grandes actuaciones. En la primera, llegó hasta semifinales y cayó en la tanda de penaltis ante el Talavera, mientras que en la Copa se las tuvo que ver con el equipo revelación de Primera división y colíder, el Girona, que le ganó en los últimos de una apasionante eliminatoria.
El San Roque sigue avanzando pero debe marcar su destino y calibrar sus posibilidades, porque ya van varios años de muchas apreturas económicas y de mucho esfuerzo para mantener al equipo en Segunda RFEF. Necesita apoyos e inversores que de verdad crean en el proyecto a corto y medio plazo.