Antes o después todos vamos a necesitar endeudarnos. La compra de un coche, de una casa, pagar la educación de nuestros hijos, etc., son situaciones en las que solicitaremos dinero prestado a los bancos.
Pedir un crédito no es malo, pero sí que hay que saber cómo hacerlo y, sobre todo, gestionar nuestras deudas de forma adecuada con el fin de no tener problemas.
Nuestro historial crediticio es muy importante
Cada país lo llama de una manera distinta, pero en todos es lo mismo. Es fundamental tener un buen historial crediticio, lo cual quiere decir que cuando pedimos dinero hay que reintegrarlo.
Así, en determinados países es una buena idea solicitar cantidades de dinero pequeñas y devolverlas conforme a los términos firmados. De esa manera, iremos creando un historial limpio que nos permitirá solicitar más dinero cuando nos haga falta.
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Antes de solicitar un préstamo hay que ver cuál es nuestra capacidad de pago
Siempre hay que conocer la capacidad de pago que tenemos antes de endeudarnos. No hay fórmulas fijas, pero se dice que la cuota mensual nunca debe sobrepasar un tercio de nuestros ingresos.
Lo mejor sería que no se aproximase a esa tercera parte de lo que entra en la cuenta bancaria mes a mes, pues siempre hay imprevistos, nos podemos quedar sin trabajo, etc. Expresado de otra manera, el dinero que pidamos tiene que ir acorde con lo que ingresamos.
Elegiremos el producto adecuado
Gracias a Internet, ahora podemos tener acceso a muchos productos financieros, créditos que nos pueden conceder sin ni siquiera salir de casa.
En Crédito.com.mx podemos ver algunos de ellos, con la tasa de interés, las cantidades mínimas y máximas, si piden ingresos mensuales mínimos, etc.
Con calma podemos ir eligiendo el mejor producto en nuestro caso. Así, hay que buscar aquel que tenga una tasa de interés menor, pues esta cifra es la que nos indica lo que vamos a terminar pagando por lo que nos prestan.
Siempre hay que tener un fondo de reserva
Dejar de abonar una cuota no es un drama, pero si no podemos hacer frente a varias de ellas comenzarán los problemas.
Nuestro historial de crédito se malogrará y la financiera empezará a llamarnos, amenazando con tomar acciones judiciales si es que no lo han hecho ya.
Por eso, siempre hay que tener un fondo de reserva que cubra varios meses del préstamo. De ese modo, si nos surge algún problema que nos impide pagar, tendremos un margen de maniobra.
Estaremos más tranquilos y eso nos ayudará a dar con la solución al problema, como encontrar un trabajo nuevo, buscar otro en el que nos paguen más, etc.
Averiguamos la manera de reducir el costo del préstamo
Una vez que comenzamos a devolverlo, debemos mirar si existe la posibilidad de reducir el costo que estamos abonando por el crédito, en especial cuando lo vamos a devolver a largo plazo.
Por ejemplo, las hipotecas se pueden cambiar de banco. Eso es interesante si las condiciones son buenas y ahorramos dinero. A su vez, y si tenemos varios préstamos, reunificándolos es posible que el interés sea menor.