Había expectación por ver el pregón de San Sebastián de este año y en el entorno del Gran Teatro de Huelva la gente se arremolinaba y charlaba animosamente antes de tomar asiento para ver al exalcalde, Pedro Rodríguez, henchido de onubensismo, protagonizar el primer pregón de su vida y especial también por ser el que se conmemora en el 75 Aniversario de la Hermandad de Estudiantes.
Fue un pregón atípico, pero cargado de verdad, palabras transparentes, aplausos cómplices, referencias onubensistas de todo tipo, recuerdos de una Huelva en sepia y miradas a una ciudad del futuro con el AVE y el Hidrógeno Verde entre ceja y ceja, «en todas esas Huelvas, está San Sebastián».
Pedro Rodríguez subió a las tablas del Gran Teatro dispuesto a no fallarse a sí mismo, ni a Huelva y volvió a ser una vez más ese Perico ‘Rodri’ que todos conocen, porque como el mismo reconoció «no soy un poeta, ni un juglar, ni un trovador, si acaso un periodista al que le gusta contar historias». Y, por eso, no comenzó su pregón con loas ni alabanzas, sino que contó la historia de cómo lo llamaron para ser pregonero y que pese a que lo rechazó en primera instancia, fueron sus cuatro nietos los que finalmente lo convencieron: «El sí de los niños me hizo recordar que somos los mayores los que debemos transmitir las tradiciones».
Dicho y hecho. Perico se puso a transmitir la tradición tanto del origen de las fiestas como de la Hermandad de Estudiantes que las organiza desde hace 70 años. Repasó también la corta vida de San Sebastián, al que se rinde tributo religioso en las fiestas y lo hizo con precisión histórica y periodística como una Wikipedia enamorada de lo que dice, e incluso rescató las palabras textuales de un artículo del periodista onubense Jesús Hermida describiendo la imagen de un cristo bajo la lluvia.
Luego, el pregonero dio paso a dibujar con palabras la Huelva del pasado, en el barrio de San Sebastián, epicentro de estas fiestas que él recordaba desde hace muchos años, cuando su padre ya hacía fotografías de la procesión.
No faltaron anécdotas del pasado contadas como quien habla a un amigo. «En aquellos años el barrio era un mosaico de bares y tabernas y para el 20 de enero algunos de estos negocios decoraban sus fachadas para un concurso. Las crónicas periodísticas recogen la anécdota de que un año el bar San Sebastián decoró su fachada con un huerto muy completo donde no faltaban las lechugas, las patatas, los rábanos y las coliflores… por ser tan real y espectacular obtuvo el primer premio del concurso de fachadas, con tan mala suerte que el penúltimo día de las fiestas cayó una gran tormenta que inundó la calle y el huerto desapareció».
Habló también de un barrio salpicado de barberías, panaderías, zapaterías, farmacias y lecherías, de un barrio «que se sentía orgulloso de ser guardián del patrón». Más tarde ese barrio sufrió una «gran transformación urbanística, derribando calles, viviendas y los vecinos tenían que abandonar sus casas de toda la vida», pero pese a todas las transformaciones lo que nunca ha cambiado es el paso de su Patrón por las calles «70 años después sigue aquí, el barrio sigue en el lugar de siempre, en mitad de un paisaje urbano diferente».
También hubo peticiones de futuro para el pregonero, desde una Huelva con AVE «mañana mismo y no en el año 2050», hasta pedir por las lluvias contra la sequía o con el buen aterrizaje del Hidrógeno Verde en la ciudad, señalando a una ciudad de «pasado, presente y futuro» donde siempre San Sebastián «será protagonista».
Para Pedro Rodríguez San Sebastián «es un símbolo, una de nuestras señas de identidad, impulso que nos ayuda a crecer en sentimiento de pertenencia, es decir, a sentir la ciudad como algo nuestro, la tradición nos ayuda a preservar nuestras raíces, pero al mismo tiempo nos debe servir para afrontar la vida presente y caminar hacia los proyectos que demandarán en el futuro las nuevas generaciones, las tradiciones perseveran en la vida humana como si fueran hilos invisibles que tejen nuestro ser».
No faltaron las referencias a todas las señas de identidad de Huelva que tan bien supo usar Pedro Rodríguez durante su etapa de alcalde, desde los 65 palos del fandango, al Recreativo de Huelva; de las tres carabelas de Colón, a la Semana Santa; de la Virgen de la Cinta a los restos arqueológicos que brindan a la historia la ciudad más antigua de Occidente; desde los cabezos, al olor a puchero; de la Dinastía de Los Litri a la ría y la esencia de su marea…
«No hay dinero para pagar lo feliz que me ha hecho Huelva», dijo el pregonero despertando un atronador aplauso entre el público.
Sones y presentadores de Pedro Rodríguez
No estuvo solo en el envite Pedro Rodríguez. Los sones de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva tocaron tradición alosnera a flauta y tamboril para arrancar el acto, pusieron los sones de ‘Mi Huelva tiene una ría’ en uno de los intermedios y del himno oficioso pasaron al oficial para cerrar el acto.
Tuvo a dos teloneros de lujo Pedro Rodríguez antes de su alocución, por un lado el hermano mayor de la Hermandad de Estudiantes, Pablo Marchena y por otro la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, que actuó de presentadora y amiga antes de la faena que lidió a la perfección Perico, con menos solemnidad pero más cercanía, sin pomposidad, pero con mucha Huelva.
