De apariencia encantadora y dotada de inteligencia artificial. Así es la foca ‘Nuka’, un bebé robot terapéutico con sensores y motores que le hacen responder a estímulo destinado a tener un efecto calmante y provocar respuestas emocionales en pacientes de con demencia, determinadas discapacidades u otros trastornos. Una original y adorable terapia con la que cuenta el nuevo centro residencial para personas mayores CleceVitam ‘Mirador del Odiel’ de Huelva capital.
‘Nuka’ es capaz de dirigir su mirada hacia las personas que están hablando e incluso puede aprender su nombre o comportamientos por reforzamiento. Reacciona cuando la acarician, si le tocan los bigotes puede que aparte la cara o, si le rascan el cuello, emite un sonido cercano al ronroneo.
Se ha podido comprobar que el uso de esta herramienta genera una respuesta tranquilizadora y positiva en los usuarios con deterioro cognitivo. Las emociones que se generan con esta interrelación tienen un gran impacto positivo en la calidad de vida de las personas con demencia y grave deterioro cognitivo.
Los efectos positivos que se buscan en la terapia con ‘Nuka’ tienen mucho que ver con la posibilidad de sustituir o reducir los potentes tratamientos farmacológicos en las personas con demencia. El tratamiento de esta enfermedad es muy complejo y requiere tanto de medicamentos como de intervenciones no farmacológicas (como son la actividad física y las terapias psicosociales).
En las residencias CleceVitam se ha comprobado que la terapia con ‘Nuka’ reduce cualquier episodio de agitación leve y tiene efectos positivos sobre todos los síntomas neuropsiquiátricos, es decir, la agitación, la ansiedad, la depresión y, por ende, lógicamente, repercute en su calidad de vida. La persona está más tranquila, más receptiva.
Sobre la residencia CleceVitam ‘Mirador del Odiel’
«La residencia CleceVitam Mirador del Odiel es la única de estas características en Huelva capital porque las que hay son de gestión pública», explica su director, Manuel Cárdenas. Se trata, explica, de «un centro basado en un modelo de atención personalizada e integral de la persona residente que promueve su autonomía (a lo que ayudarán las camas cota cero), y su integración en la sociedad onubense. El diseño “amigable” del centro se basa en un proyecto que aúna confort y terapia». Así, «las personas residentes podrán personalizar sus habitaciones con sus propia ropa de cama, cuadros o butacas».
La residencia cuenta con un total de 76 habitaciones entre individuales y dobles, algunas de ellas con terraza. Destaca su amplio jardín con zonas para convivir con otros residentes así como con familiares y amigos. Y es que, asevera Cárdenas, «queremos que los familiares formen parte activa de nuestra residencia, por eso seremos flexibles en los horarios y contamos con una cafetería donde pueden realizar cumpleaños, celebrar alguna fiesta o efeméride familiar. Además, hemos habilitado una bolsa de aparcamiento para que sea más fácil su visita».
Entre los servicios que presta la residencia destaca la cocina, «con menús mediterráneos pero basados en la gastronomía onubense; lavandería propia, podólogo o peluquería». Además, continúa el director del centro, «admitimos estancias permanentes y también temporales mientras haya disponibilidad de habitaciones. Una persona podrá vivir aquí 15 días o un mes si lo necesita».
Asimismo, Cárdenas destaca que «todas las plantas cuentan con una unidad de convivencia, una especie de ‘salón social’ donde pueden convivir las personas residentes, y la sala de fisioterapia y terapia ocupacional cuenta con algunas aplicaciones tecnológicas como la foca robot ‘Nuka’ (que aquí se llama Blanca), dotada de inteligencia artificial para interactuar con los residentes o la Yetitablet», finaliza.