Los 300 nidos de morito común y los 70 nidos de garza imperial ubicados sobre eneas en el lucio de
Cerrado Garrido en Doñana, con unos 1.000 pollos y huevos, han sido depredados en su casi totalidad por
los jabalíes. Tan sólo un 10% de las parejas de estas especies, 30 parejas de moritos y unas 10 de garza
imperial, han podido conservar sus nidos en esta zona húmeda cerca del suelo, entre las eneas, frente a los
depredadores que, en un par de semanas han accedido a ellos debido a la falta de eficacia del mallado que
debía proteger de las colonias.
La malla instalada es ineficaz, siendo permeable para los depredadores oportunistas y, por tanto, no
protege uno de los lugares de nidificación más importantes para el morito común en Doñana. Por ello, no
ha impedido el acceso de los mayores depredadores de estas aves que hacen sus nidos a menos de un
metro del suelo, los jabalíes, que en pocos días han destruido la mayor parte de esta colonia de morito
común.
Tras años de sequía y con todas las esperanzas de éxito reproductivo de las aves de Doñana puestas en las
lluvias del pasado marzo, la deficiencia de esta infraestructura protectora ha derivado en este desastre
para esta especie en situación Vulnerable, que estuvo casi extinguida en este territorio hasta 1996, y para
la que a finales del siglo pasado se desarrolló un programa de actuaciones para asegurar su conservación
en Doñana, incidiendo especialmente en la protección de sus hábitats.
Así, de 7 parejas que había de esta ave en el espacio protegido en 1996, se alcanzó en 2017 la cifra de más de 10.000 parejas nidificantes. Desde 2010 la Estación Biológica de Doñana del CSIC achacaba la causa de su recuperación a la restauración y naturalización del lucio (zona inundable) de Cerrado Garrido, que ahora ha sido saqueada, en pleno periodo de cría, por los jabalíes.
La desaparición de casi toda la nidada que se reproducía sobre el eneal del lucio de Cerrado Garrido,
ubicado en el entorno del Centro de Visitantes José Antonio Valverde, ha supuesto un desastre para la
biodiversidad de Doñana, un territorio que es el mayor motor de expansión de esta, y otras especies.
Un desastre para otras especies
Los jabalíes también han impactado negativamente sobre otras aves protegidas que crían en el suelo en amplias zonas de la marisma natural del Parque Nacional. Así, han depredado casi todos los huevos y pollos de fumarel cariblanco, canastera, gaviota picofina y cigüeñuela entre otros.
Con la pérdida de la cría, desaparece la esperanza del éxito reproductivo para las aves de Doñana que trajo la necesaria lluvia del pasado marzo. Por ello, Ecologistas en Acción y SEO/BirdLife reclaman a las Administraciones responsables del espacio protegido de Doñana que ejecuten las medidas necesarias para asegurar su conservación, con continuidad y eficiencia, mediante un plan de gestión activa para el control,
vigilancia y mantenimiento de las poblaciones de aves, con especial atención al impacto que los jabalíes
generan sobre ellas.
En ese marco, consideran que las Administraciones deben aplicar con urgencia un
plan de restauración de las marismas de Doñana, que asegure los niveles hídricos de la marisma, para
proteger y conservar las aves acuáticas reproductoras y garantizar, de manera específica, la protección de
las colonias de aves reproductoras del lucio de Cerrado Garrido, mediante la instalación y mantenimiento
de un cierre adecuado.
Así mismo, estas dos organizaciones solicitan la dinamización de los grupos de trabajo del Consejo de
Participación del Espacio Natural Doñana, especialmente la convocatoria urgente del grupo de trabajo de
Biodiversidad por estos hechos que ponen en riesgo la viabilidad de las poblaciones de varias especies de
aves protegidas del Parque Nacional.