En la mañana de este viernes un desalmado ha vaciado a la ría el tanque de detritos de su barco, dejando en la playa de Ciparsa todos los desechos procedentes de la ducha, la cocina y el retrete, con detergentes y productos clorados.
Esto viene ocurriendo con mucha frecuencia porque no hay ningún control, a pesar de que están obligados a vaciarlo en las instalaciones portuarias para su posterior tratamiento. Está claro que esto no es gratis, ya que los costes del servicio de gestión de los desechos generados por los barcos han de ser sufragados por sus propietarios.
En nuestro país la normativa sobre el vertido de las aguas residuales de los barcos tiene algunas excepciones. Por ejemplo, si las aguas han sido depuradas y no contienen sólidos, se permite el vaciado a más de 3 millas de la costa. No obstante, está rigurosamente prohibido verter estas aguas en zonas portuarias, rías, bahías y en Aguas protegidas.
Este vertido ha venido a empañar la bonita imagen que nos han dejado en los últimos días las manadas de delfines que han llegado a Mazagón.