Si hay algo que caracteriza a la tecnología como industria es la búsqueda permanente de innovaciones que permitan hacer la vida más fácil para todos. ¿Cuál es el reto fundamental de la electrónica de consumo actual? Sin duda alguna, la autonomía.

Porque se han alcanzado hitos de potencia, de calidad de visualización de contenido, de cámaras, entre otros casos. Pero la autonomía, sobre todo por la imposibilidad de contar con estándares de carga inalámbrica que hagan olvidar para siempre a los cables, hace que sigan existiendo avances. Hoy, uno de los que destaca es el VN88 Rezence.

Una tecnología para brindar aire fresco a la industria

Más que aire fresco, un suave flujo de energía a la industria. Rezence es una firma conocida en el mundo de la autonomía de los dispositivos móviles, ya que está presente como protagonista en otros de los estándares de la carga inalámbrica. Sin embargo, es con VN88 con lo que se pretende dar un gran salto adelante.

Lo que se busca con esta tecnología es aprovechar las bondades de las bobinas de alambre que ya están presentes en la mayoría de los dispositivos que tienen una batería recargable, y combinarlas con las bobinas transmisoras de campos magnéticos de los cargadores inalámbricos con certificación VN88 Rezence, para crear una forma de cargar donde ni el espacio, ni la falta de adherencia plena entre el dispositivo y la base de carga, ni el consumo energético sean un problema real. Así, se obtiene lo mejor de todas las certificaciones actuales más todas las innovaciones que ofrece dicha tecnología.

Porque aunque los campos magnéticos como forma de transferir energía son algo bastante probado, no muchas marcas se han animado a llevar la tecnología a algo que pueda traducirse en una certificación y en un estándar. Hasta la llegada de VN88 Rezence, claro está, y es por esa razón por la que se considera a dicha innovación tecnológica como una brisa de aire fresco dentro de la industria y particularmente dentro del sector de la carga inalámbrica.

¿Por qué apunta maneras?

No hace falta revisar mucho para darse cuenta de que hay al menos 4 o 5 estándares que garantizan buenos resultados en lo que a la carga inalámbrica se refiere. Hoy muchos de los móviles que se fabrican, incluso en la gama media, ya cuentan con la posibilidad de utilizar la carga inalámbrica. Además, cada día hay más y mejores bases o cargadores con mejores condiciones y calidades de fabricación.

Pero en todo ese panorama surge VN88 Rezence como una novedad que apunta maneras:

• Estabilidad de carga: la carga inalámbrica, aunque cómoda y práctica, a menudo carece de estabilidad. Cualquier movimiento, cualquier vibración entre el dispositivo y la base, termina obstaculizando el ciclo normal de carga, a menudo interrumpiéndolo o haciendo que trabaje de menor modo. Eso hace que se gaste más energía, que la batería se deteriore más rápido o que la carga se ralentice. Con este estándar gracias a los campos magnéticos y otras formas de operativa de las propias bases de carga certificadas, todo eso quedaría resuelto.
• Para muchos dispositivos: aunque se ha centrado la información en los móviles y otros gadgets como los smartwatches, lo cierto es que el estándar espera formar parte de dispositivos de seguridad inalámbrica, de conexiones a internet como enrutadores, pero también de electrodomésticos e incluso de coches en un futuro. Todo eso, bajo la premisa de que la inducción electromagnética que le da notoriedad a la propuesta permita cargar los dispositivos incluso si no están cercanos a la base de carga.

Falta mucho para determinar si habrá un estándar de carga inalámbrica que termine coronándose como el más utilizado o el que, a criterio de los especialistas, deba ser adoptado como el principal. Falta mucho y, en tecnología, eso es hablar de innumerables cambios. Pero, de momento, VN88 Rezence apunta maneras y ya se comienzan a ver pruebas y resultados convincentes.