En estas fotografías tomadas hace escasos días podemos observar que algunos zacayones del entorno de Doñana; esas charcas profundas excavadas por el hombre con el fin de garantizar el agua al ganado y a la fauna silvestre durante los meses de sequía, están secos. Es necesario que las lluvias continúen para mantener con vida este espacio natural, pero sin hacer daño, claro está.