Aroche se caracteriza por su riqueza patrimonial, entre otras bondades, sobre todo por las decenas de rincones y lugares únicos que presenta a lo largo y ancho de su callejero.
Uno de esos lugares especiales es la Ermita del Cristo, un edificio de pequeñas dimensiones situado entre muros de piedra y cal.
Construida en el siglo XVII, esta ermita se levantó junto a una de las puertas del recinto amurallado, concretamente la puerta de Santa Clara, para acoger a los caminantes que llegaban cuando ya se habían cerrado los accesos al pueblo. Hoy, sigue siendo lugar de refugio, pero para el alma.
Retablo del Cristo en Aroche
En su interior se encuentra un retablo ocupado por la imagen del Cristo de la Humildad y Paciencia, del último tercio del siglo XVII, que además de su gran calidad artística, cuenta con cientos de personas que le profesan su fe, siendo conocido por su carácter milagroso.
Asimismo, a ambos lados de esta imagen se encuentran en vitrinas rococó las imágenes de Santa Gertrudis y Santa Catalina de Siena.
La imagen del Cristo, que procesiona durante la Semana Santa arochena, se mantiene durante todo el año en su ermita y es cuidada, al igual que su lugar de descanso, por vecinas y vecinos del pueblo, que diariamente se ocupan de las labores de limpieza y llevan ofrendas florales que ornamentan este pequeño pero entrañable rincón de Aroche.