Parece casi un secreto, pero lo cierto es que en primera línea de la playa de La Antilla, dentro de la Costa de la Luz, espera un rincón que mezcla descanso y gastronomía sin mucho esfuerzo. Aquí, el Atlántico lleva la batuta en la banda sonora vacacional, aunque no solamente hay arena fina y brisa marina: uno llega para una escapada y fácilmente podría querer quedarse semanas. Es fácil perder la noción del tiempo cuando sales por la puerta del hotel en Islantilla y la arena dorada te recibe sin obstáculos de por medio.
Curiosamente, no todos los viajeros desean lo mismo. Por eso, buscar ofertas de hoteles en Huelva de playa es una costumbre que va en aumento, sobre todo cuando familias o parejas buscan sacarle el máximo partido a esta región con ambiente propio. A menudo resulta que las mejores experiencias nacen de pequeños detalles, como ese primer café matutino mientras el viento acaricia la terraza o ese paseo improvisado por la orilla al atardecer.
Por cierto, más allá del alojamiento, lo que fascina a muchos es descubrir que aún queda mucho que ver, en Islantilla y alrededores. Bosques de pinos, caminos entre dunas y rincones que no salen en las postales esperan a quienes se animen a ir un poco más allá del plan de playa y hamaca. Enseguida, la experiencia vacacional se transforma en una sucesión de placeres sencillos pero intensos.
¿Cómo son las habitaciones y qué vistas ofrecen?
Aquí el confort no es negociable. El hotel cuenta con 73 habitaciones completamente renovadas para asegurar el descanso, y la decoración, moderna y luminosa, invita a dejar atrás las preocupaciones. Cada estancia viene equipada con baño privado, aire acondicionado y Wi-Fi gratuito (¡nada peor que no poder enviar una foto del viaje!). Las habitaciones, aunque funcionales, logran ese toque acogedor poco común en alojamientos impersonales.
- Dobles estándar con espacio suficiente para no tropezar con la maleta.
- Dobles con cama supletoria, ideales para familias pequeñas o escapadas de amigos.
- Cuádruples, que ya parecen apartamentos de lo espaciosas que son.
- Dobles económicas o individuales, pensadas para viajeros que buscan lo justo y necesario.
La estrella es la Doble Panorámica. Si eres de los que se levanta al alba solo por ver cómo el sol asoma sobre el mar, probablemente te enamorará su terraza privada. Eso sí, hay que tener en cuenta que las vistas premium suelen venir con un pequeño suplemento: como en los cines, la mejor butaca cuesta un poco más.
¿Qué se puede esperar de la comida en el hotel?
Hablando de placer, pocos placeres tan sencillos e intensos como el de la buena mesa. El restaurante buffet aquí no se anda con rodeos y apuesta siempre por la cocina tradicional de Huelva, echando mano de productos frescos y muy cercanos. Se mezcla lo casero y lo nuevo de una manera que recuerda a esas cocinas familiares donde la abuela improvisa y sorprende.
- Pescado y marisco fresco, que parece recién sacado del agua (y muchas veces lo está.
- Arroces y guisos que envuelven el salón en aromas irresistibles.
- Carnes de la sierra y los omnipresentes ibéricos, que jamás decepcionan.
No es solo el buffet: la cafetería del hotel con terraza frente al mar tiene su propio encanto. Allí, frente a las olas, incluso un simple café se vuelve un pequeño lujo. De hecho, no es raro escuchar que los desayunos y cenas superan las expectativas, sobre todo por la variedad y la atención al comensal, algo que varios clientes valoran mucho en sus opiniones.
¿Qué servicios y ventajas ofrece su ubicación?
Pocas cosas tan agradecidas como salir medio dormido de la habitación y, en cuestión de pasos, tener el mar a la vista. La ubicación en primera línea permite un acceso casi inmediato a los más de tres kilómetros de playa, reconocida con la Bandera Azul y dominada por dunas y pinares. Eso sí, lo que podría parecer lujo, aquí es simplemente el día a día.
¿Hay opciones para estancias largas?
Obviamente, hay quienes prefieren quedarse una temporada. Para ellos hay promociones que sí marcan la diferencia. Por ejemplo, con descuentos de hasta el 15% si te animas a pasar más de dos semanas, o rebajas para quienes reservan sin opción a cambios. A veces, cuesta encontrar otro sitio donde el dinero rinda igual o mejor en la costa.
¿Qué opinan otros huéspedes sobre la estancia?
Las opiniones suelen ser realmente elogiosas. No es para menos: la gran mayoría destaca la limpieza, el trato cercano – como de viejo amigo – y la ubicación, que salva cualquier mal día. La atención en comedor y bar se cuida tanto o más que las habitaciones. Por si fuera poco, la variedad y el cuidado en la carta recibe constantes halagos, sobre todo de quienes tienen necesidades especiales como celíacos.
Quedarse aquí, por resumir, es elegir bien. Descanso, trato directo, buena mesa, y mil opciones para escaparse algún rato y descubrir rincones únicos de la costa. El entorno hace su parte, claro, pero el empeño del hotel y su gente marca la diferencia ante la competencia. Si toca elegir destino para desconectar o simplemente disfrutar del Atlántico, este rincón resulta de lo más recomendable.