Ecologistas en Acción ha teñido de banderas negras toda la Costa onubense, según información de su página web, donde se hace un repaso de cada una de las zonas costeras de la provincia de Huelva.Punto Negro en el Espigón de Huelva. Primero fueron los depósitos de sedimentos procedentes del dragado de la ría. Ahora, las obras de la tubería procedente de la monoboya de CEPSA, pero lo cierto es que movimientos de arena, maquinaria pesada haciendo agujeros y vehículos atoda pastilla conforman una situación de autétnico acoso a las Marismas del Odiel.

En la Playa de El Portil (Punta Umbría y Cartaya, Huelva) las murallas de ladrillo intentan poner puertas al mar, para impedir su reclamación de lo que le fue arrebatado. El Portil escenifica el acoso a la playa y la destrucción de los sistemas dunares mediante urbanizaciones y deforestaciones, jalonadas de vez en cuando por supuestas tareas forestales que, como las realizadas en la primavera de 2011, aumentan la erosión y la pérdida de arena.

Punto Negro 2011 – Culminaron las obras de excavación y acumulación de materiales para sustituir la defensa natural de las dunas destruidas por chalets situados sobre la arena. El resultado son murallas de ladrillo sobre la playa.

El Rompido (Cartaya). En La Barreta, la amenaza de la ampliación del puerto deportivo, derivada del Plan de Usos Portuarios de la Ría del Piedras, pende sobre un espacio en el que las aguas siguen reivindicando su vocación de crear marismas a pesar del persistente acoso desde el Ayuntamiento y otras instituciones.

Playa de Isla Canela (Ayamonte). En vez de un punto negro, habría que hablar de una línea negra conformada por la omnipresencia del muro de piedras construido sobre la playa y la continua obsesión por dejar la playa “en perfecto estado de revista” ante citas electorales y fechas turísticas, lo que conlleva continuo desplazamientos y arados artificiales de arena, con la destrucción de cualquier atisbo de vida en toda la línea de playa entre las urbanizaciones de Isla Canela y Punta del Moral.

Punto Negro 2011. Dunas de Isla Canela. Tras las dunas de Isla Canela (Ayamonte) también se esconden los resultados de las “limpiezas” y otros residuos, como el que salió ardiendo esta primavera. La gestión más barata de cualquier residuo parece ser esconderlos tras las dunas y entre las retamas.

Playa de Matalascañas. La pantalla de construcciones en primera línea junto con el cada vez más deteriorado paseo marítimo limitan cada vez más la circulación de la arena y generan una playa destruida en la que hemos constatado la presencia de charcas de aguas insanas, en consonancia con la destrucción de colectores y el dudoso funcionamiento del sistema de depuración. La situación de esta gigantesca urbanización que ocupa parte del sistema costero del Parque Nacional de Doñana a cuyos acuíferos sigue hurtando el agua, es una vergüenza para el principal espacio protegido europeo y da una pobre imagen ante sus numerosos visitantes así como a los que se acercan a Matalascañas, atraídos por su cercanía. Matalascañas debe cambiar mucho para dejar de ser el recuerdo cada vez más deteriorado de otras épocas dictatoriales en que se despreciaban los recursos naturales más bellos e importantes.

La Playa de Matalascañas recibe una Bandera Negra y un Punto Negro en 2011

Punto Negro 2011 – Colectores rotos, junto a una depuradora de funcionamiento deficiente, forman parte de una gestión insostenible de las aguas residuales que se completa con el espectáculo de los vertidos de la depuradora de Almonte al interior del Parque Nacional de Doñana.

La playa de Mazagón sigue estando a merced de las grietas y roturas del colector de aguas residuales que discurre enterrado por la playa desde Las Dunas hasta el final de las casas de Bonares. Sus bocas, charcos y conducciones forman una línea pestilente por las que discurren unas aguas residuales que nunca terminan de ser depuradas. La operación anual de regeneraciones con arena traída de obras como la del puerto deportivo y que Infraestructura playera desaparecen en pocas horas de temporal es la imagen de despilfarro más sangrante que se pueda dar en época de crisis y recortes. ¿Cuándo se plantearán sacar el colector de la playa, conseguir una depuración de aguas residuales aceptable, controlar la ocupación privada de zonas de dominio público y restituir a su estado original las playas posibilitando la regeneración natural de los cordones dunares?

Bandera Negra en 2011, la Playa de Mazagón también recibe este año un Punto Negro por un colector roto, rejillas adornadas, charca de aguas fecales… Todo se arregla moviendo arena y escondiendo la suciedad hasta que los temporales vuelvan a ponerla a la vista.

Entre la documentación que la Guardia Civil se llevó del Ayuntamiento de Ayamonte deberían estar las claves que explican como acabaron con una playa natural, y destruyeron los bosques de retamas de Isla Canela, desde la Punta del Moral hasta la Isla de San Bruno. El remate fue la operación por la que desaparecieron los escasos espacios verdes previstos en la primera línea de playa, engullidos por edificaciones que han ocupado espacios dunares y bordes de marisma. Un año más acudieron a su cita las piedras del muro de la vergüenza, levantado arbitrariamente hace años, para proteger la posibilidad de poner “ladrillos hasta en el agua”, como defendió en su día un alcalde de la localidad, cuya línea de pensamiento y actuación parece haber sentado escuela entre sus continuadores. En Ayamonte se vendieron sus paisajes privilegiados por el oscuro fulgor de las monedas especulativas y ha quedado una herencia en la que faltan demasiados de los valores naturales que podrían haber disfrutado sus habitantes y ofrecido a sus visitantes.

Punto Negro 2011 en Isla Cristina. Los últimos resultados conocidos indicaban que el vertido de la EDAR no reúne las condiciones mínimas en materia de DQO (Demanda Química de Oxígeno) y DBO (Demanda Biológica de Oxígeno). Cada año funciona peor y hace ya diez años que la Unión Europea inició procedimientos sancionadores por ello.

Punto Negro 2011 en Pozo del Camino (Isla Cristina y Ayamonte). Vertido directo a las Marismas del Carreras, en pleno Paraje Natural. La falta de depuración de las aguas residuales de esta población, dependiente de Ayamonte e Isla Cristina parece eternizarse y puede originar nuevas sanciones de la Unión Europea, al realizarse el vertido a un espacio protegido, aparte de ser también una fuente potencial de riesgos sanitarios por sus situación, cercana a un colegio público.