Habrá que esperar para comprobar si el desde este viernes nuevo presidente de la Diputación, el socialista Ignacio Caraballo, aporta algún cambio a la gestión que hace casi cinco años lleva a cabo su compañera Petronila Guerrero, presidenta saliente. De momento, todo sigue igual. Quienes gobiernan, los socialistas, diciendo lo mismo de siempre, que «los pueblos serán los grandes protagonistas»; quienes apoyan a los que gobiernan, es decir Izquierda Unida, reivindicando su independencia, coherencia y programa y dejando claro que dejan paso a la lista más votada; y quienes se encuentran en la oposición, es decir, los populares, poniendo el foco en el acuerdo de 13 (del PSOE) más 1 (de IU) que, según ellos, impide que hasta la Diputación llegue el cambio que exigió la población onubense cuando en las pasadas municipales arrebató la mayoría absoluta al PSOE.

La toma de posesión ha tenido lugar en el transcurso de un pleno extraordinario que se ha celebrado en el Convento de Santa Clara de Moguer. Ignacio Caraballo ha recibido el bastón de mando de manos de su antecesora, Petronila Guerrero, nueva senadora socialista por la provincia de Huelva, tras lograr el respaldo de los 13 diputados del PSOE. Por su parte, los 13 diputados del PP han votado a su candidato, Guillermo García Longoria, y el único representante de IU, Rafael Sánchez Rufo, se ha abstenido.

En la sesión plenaria han salido a la luz los mismo temas de siempre, fundamentalmente realización de infraestructuras y necesidad de superar la complicada situación económica de la Diputación. Por su parte, García Longoria ha propuesto la celebración de una Cumbre de Alcaldes y Alcaldesas de forma periódica.

Ignacio Caraballo, actualmente secretario de Organización del PSOE onubense, reconoció en su día ante los periodistas que asumir la Presidencia “es un follón, aunque la idea me gusta” y admitió que le crea “preocupación”, ya que “es una responsabilidad, porque hay muchos trabajadores y es una situación difícil”. “No es ninguna perita en dulce, ya que hay que fajarse con la realidad y asumirla, y ahora hay una situación difícil y son momentos duros donde la carga de personal y los ingresos no son los de hace ocho años”, aseveró antes de subrayar que “si hay que tomar decisiones habrá que tomarlas”, manifestó.

Hace dos años, la presidenta de la Diputación, Petronila Guerrero, decidió dejar al que ahora es su sucesor como vicepresidente florero tras quitarle la portavocía del equipo de gobierno y la cartera de Desarrollo Local bajo la excusa de que era el momento de dedicarse con “más fuerza” al Patronato de Turismo y a la Secretaría de Organización del PSOE onubense.

Esta decisión evidenció una aguda crisis interna en el PSOE onubense con dos líderes pujando por el control del partido: Petronila Guerrero y Mario Jiménez, secretario provincial del PSOE desde 2008. Los comicios del 22 de mayo dejaron las cosas muy claras. La pérdida de la mayoría absoluta en la Diputación y el batacazo electoral de Guerrero como candidata a la Alcaldía de Huelva permitieron a Jiménez deshacerse de la presidenta de la institución provincial enviándola al Senado. Para muchos dentro del partido, una “prejubilación de oro”.

De esta forma, Jiménez ha conseguido colocar al frente de la Diputación de Huelva a un hombre de su entera confianza. De hecho, Ignacio Caraballo es cuñado del secretario general del PSOE de Huelva, ya que desde hace un par de años su pareja es una hermana de Jiménez, una relación por todos conocida en el partido hasta tal punto de que algunos llaman a Caraballo “el cuñadísimo”.