La Delegación Territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente ha cerrado al marisqueo las zonas de producción de la desembocadura del Piedras (busano, coquina, longueirón y navaja-muergo) Punta Umbría (almeja chocha, clica, coquina, longueirón y navaja-muergo), Mazagón (almeja chocha, busa-no, coquina, longueirón y navaja-muergo) y el espacio marítimo de Doñana (busano, cañaílla, coquina, longueirón y navaja-muergo). La decisión se ha tomado después de que los continuos análisis que realiza el Laboratorio de Control de Calidad de los Recursos Pesqueros de Cartaya hayan detectado la presencia de la toxina DSP en las dos primeras y de salmonella en los otros dos enclaves del litoral onubense.
Junto a estas zonas de producción, la Delegación Territorial de Agricul-tura, Pesca y Medio Ambiente recuerda que tampoco está autorizada la captu-ra y comercialización de bivalvos de las zonas de producción de la Barra del Terrón e Isla Canela. En estos espacios, los análisis del Laboratorio de Control y Calidad de los Recursos Pesqueros han constatado, además de las sustancias que motivaron su cierre la pasada semana (E.coli y DSP, respectivamente), la aparición también de salmonella en sus aguas. Tampoco está permitida la actividad extractiva en el río Guadiana, también a causa de la toxina DSP, desde el día 13 de junio.
Las labores de marisqueo se podrán retomar en los distintos puntos del litoral onubense en cuanto los análisis del Laboratorio de Control de Calidad de los Recursos Pesqueros ubicado en Cartaya certifiquen que la ingesta de bivalvos procedentes de sus aguas ya no conlleva ningún riesgo para la salud pública. El resto del caladero de la provincia de Huelva se encuentra abierto a la actividad, al no implicar riesgos para los consumidores.
Estas medidas se enmarcan dentro del Programa de Control y Seguimiento de las Condiciones Sanitarias en las Zonas de Producción de moluscos bivalvos, gasterópodos y equinodermos del litoral andaluz que realiza la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, dirigido a la protección de la salud pública y a garantizar la calidad sanitaria de los productos pesqueros. Un plan que, entre otras cosas, permite la adopción de medidas preventivas cuando se detectan valores superiores a los establecidos legalmente. Para ello, dispone de un complejo sistema de control sanitario que incluye muestreos tanto del agua como de los moluscos para comprobar si su ingestión es nociva para la salud.
La Junta de Andalucía recuerda también, en este sentido, que el marisqueo sin licencia está prohibido y que las sanciones por este incumplimiento pueden oscilar entre los 301 y los 60.000 euros para las personas que capturen bivalvos sin autorización.