La Consejería de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro Andaluz de las Letras (CAL), prosigue el programa de actividades ‘Letras Capitales’ en Huelva este jueves con la presentación del nuevo libro de Francisco Silvera, Tenebrario (Libro de las Lamentaciones), publicado por Ediciones de La Isla de Siltolá. El encuentro será en la Biblioteca Pública Provincial a las 20.00 horas.
El programa de encuentros literarios ‘Letras Capitales’ se desarrolla en las ocho provincias andaluzas y en los municipios de Algeciras, Jerez de la Frontera y Sanlúcar de Barrameda, con el objetivo de acercar la creación más actual a los lectores. Este ciclo literario, que se inicia en 2009, se ha convertido en un ejemplo de actividad sostenible, gracias a la estrecha colaboración que se ha articulado, a lo largo de estos años, entre las editoriales, los creadores y sus lectores.
Francisco Silvera (Huelva, 1969), licenciado en Filosofía y gran amante de la música popular y clásica, ha publicado dos libros de relatos anteriores al Libro de los humores: Las apoteosis (Diputación de Huelva, 2000) y Libro de las taxidermia (Diputación de Granada. 2002). Sus relatos cortos se caracterizan por el dominio técnico del relato, por la riqueza de estilo y por sus arranques líricos. También por las hondas reflexiones que de sus acciones se extraen, a veces muy pesimistas y de un humor muy negro. Es colaborador habitual de varias revistas literarias (Extramuros, Los papeles mojados de Río Seco, Tranvía, etc.) y asesor literario de la Diputación Provincial de Huelva, donde codirige la colección “Gerión” del servicio de Publicaciones de la misma. Durante los años 2002 y 2003 fue director del Festival Internacional de Música de Ayamonte y actualmente es asesor en cuestiones musicales de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía y es el encargado por la Junta de Andalucía para organizar los actos del Cincuentenario de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Juan Ramón Jiménez.
Tenebrario (La Isla de Siltolá, 2013) es un candelabro triangular con quince velas escalonadas que se apagaban progresivamente durante el Oficio de Tinieblas, Officium tenebrarum, celebrado al anochecer los miércoles, jueves y viernes de Semana Santa; en esos oficios se cantaban las Lamentaciones de Jeremías, Miserere,etc., todo en un clima de dolor profundo por la muerte de Cristo… A través de un monólogo interior obsesivo, Francisco Silvera trata de transmitir la extrema desolación de quien sobrevive a un menor asesinado; una tarde y una noche que parecen no terminar, el absurdo, ¿qué cambia en el mundo tras la muerte de un niño? ¿Cabe lirismo en la desesperanza? ¿Prosa?