La situación de estabilidad del Recreativo de Huelva es consecuencia de los grandes resultados cosechados en el mes de marzo. Y su sombra nos gustaría verla prolongada en el tiempo y en el ejercicio de buen hacer. Hay conjuro para que todo salga como la afición desea y merece. Porque largo ha sido el sufrimiento desde el mes de agosto cuando la zozobra se aposentó en el club. Y mirar hoy la clasificación es como aspirar una bocanada de aire limpio y fresco. Y hacerlo, limpia el pasado en el que muchas circunstancias nos hacían estar con el miedo permanente al descenso. Porque créanme que yo veía la situación muy peligrosa. Un equipo que se presenta en el mes de septiembre sin haber ganado un solo partido, una afición descantada que daba la espalda a los jugadores y consejo de administración, una dimisión en bloque del consejo, una entrada en ley concursal, un entrenador que sube proviniente de la Tercera División y una plantilla escasa de calidad. Con estos datos ciertamente que pocos éramos optimistas. Pero todo pasó y hoy hay estabilidad en todas las vertientes de la entidad.
Y justo es valorar el trabajo que Carlos Ríos ha hecho con un equipo que estaba hundido y que se ha logrado levantar dos veces de sendas caídas. Un hombre humilde que ha sabido tirar de todo su optimismo para trasladarlo a los jugadores. Y también cabe destacar que los veteranos han estado a la altura de las circunstancias. Mora, Manolo Martínez, Jesús Vázquez, Aitor, Matamala y Raúl Cámara, han echado una mano al entrenador cuando éste la ha solicitado. Porque no podíamos dejar toda la responsabilidad del equipo a dos canteranos como Juan Villar o Fidel como se la había otorgado Pablo Alfaro. Y es que el equipo, aún con resultados negativos, siempre ha mostrado una buena actitud en todos los partidos, si bien la aptitud no era la deseable.
Pero cuando un equipo se levanta, los porcentajes de mérito hay que repartirlos entre los que salen en prensa y los que trabajan en la sombra. Porque la preparación física que está ejerciendo Miguel Ángel Campos es extraordinaria. El equipo ha llegado a la recta final del campeonato con una marcha más que el rival. Y qué decir de cómo el preparador de porteros podría hacer a Fabricio el portero menos goleado de la categoría. Ahora es segundo, pero la marcha de Wily Caballero al Málaga hace que a día de hoy el Recreativo tenga al mejor portero de la categoría según esa clasificación. Porque Asier Riesgo, Guaita y Fabricio estuvieron en las manos de Santisteban. Eran porteros que llegaban sin jugar y en el Recreativo destacaron por encima de otros. Digo yo que algo habrá hecho Santisteban para obrar este milagro.