No le pregunten a la portavoza municipal del PSOE porque les dirá que la gran trampa financiera de la provincia está en la capital. Mejor dense una vuelta por Valverde y verán en la puerta de su Ayuntamiento a los funcionarios, incluida la policía local, reclamando sus tres nóminas pendientes, mientras esos genios que gobiernan arruinan el consistorio vendiendo sus bienes propios y pagando desvergonzadas facturas de restaurantes que, sin contar la célebre de la mariscada de Feria y sólo entre 2006 y 2009, sumaron nada menos que 21.000 euros. ¿No tienen nada que decirle en ese partido a unos ediles que, con dinero del pueblo, pagan 8.000 pesetas por un lenguado, por una botella de vino, por una ración de gambas o por una “carne especial”? Pues no, por lo visto. Hay una corrupción de altura y otra de cabotaje en la que esta pandilla de desvergonzados mindundis se anda poniendo ciega.
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