A pesar de la ambigüedad calculada con la que Mariano Rajoy se ha dirigido al Congreso de los Diputados, resalta su sentido de compromiso con los ciudadanos al asegurar que llamará al pan, pan y al vino, vino por graves que puedan se los datos. Destaca también su intención de dar inmediato cumplimiento a la promesa electoral de actualizar las pensiones a partir del 1 de enero. Desde ahí, todo podría ser tocado, ya que un ahorro en el gasto de 16.500 millones de euros para colocarnos en el déficit obligado del 4,4% en 2012, supone el concurso de todos los sectores económicos. Los puentes y acueductos vacacionales quedan suprimidos y se reformará la educación, aumentando en un año el actual bachillerato y revistiendo de ‘autoridad’ pública a los profesores. Otras buenas noticias son la eliminación de las prejubilaciones a cargo de todos los ciudadanos, la reducción de la administración, el apoyo a los emprendedores, las fusiones bancarias, la recuperación del crecimiento económico y el freno a la destrucción de empleo, medidas que tomará, incluida la reforma laboral, desde el diálogo con todos sin excepción, y diciendo «la verdad», según ha declarado.

Si decía ambigüedad calculada es porque a Rojoy y a sus ministro les queda por delante conocer la realidad de la economía española una vez hayan tenido acceso a todos los papeles. Será a partir de ahí cuando se realicen los presupuestos generales del Estado para 2012, los que conoceremos en marzo, momento en el que de verdad notaremos la orientación más o menos austera de la administración popular. Es cierto, también, que en marzo tendrán lugar las elecciones en Andalucía y será quizás después de esos comicios cuando los ajustes necesarios se apliquen en toda su crudeza. Andalucía no es una comunidad más dentro del Estado español, tratándose quizá de aquella que más puede determinar la orientación de la política general en el sentido de que una Junta de Andalucía socialista supondría para el PP el foco de oposición más peligroso para su tranquila gestión teniendo en cuenta su holgada mayoría en el Parlamento. El PP gobernará para todos desde el primer día, sin duda, pero también se cuidará mucho de no dificultar el triunfo de Javier Arenas en su objetivo de conseguir el control de la Junta de Andalucía. Así que discurso para todos, pero con un ojo claramente puesto en este nuestro querido sur.