No soy objetivo, ni quiero serlo. No se trata de un artículo más, se trata de una carta abierta al político Curro Pérez. Al que lleva en la sangre el gen de la honradez, la sinceridad, la honestidad y la educación que ha heredado, sobre todo, de su padre (y el mío) Enrique Pérez Viguera.Las elecciones municipales en Sevilla han dado como resultado el vuelco más espectacular de la historia política de Andalucía. En la tierra de Felipe González y de Alfonso Guerra, en el corazón del socialismo desangrado, el PP de Juan Ignacio Zoido ha conseguido una mayoría tan absoluta como rotunda. Y entre los soldados de este ejército de currantes, un sevillano de nacimiento y onubense de corazón ha conseguido su sueño de ver dos gobiernos populares con mayoría absoluta en Sevilla y en Huelva. Juan Ignacio fue el que llamó para su equipo a Curro, que representa lo nuevo que trae el PP: gente joven, preparada, profesional y con muchas ganas de ganar. Gente de ideas, sin complejo. Prácticas que ya puso en marcha en Huelva durante su etapa de presidente del PP de Huelva.En aquella etapa de presidente del PP fue el encargado de hacer una transición tan tranquila como traumática por culpa de unos cuantos tránsfugas. Pero con pulso firme supo confiar en Manuel Andrés González, en Loles López, en Guillermo García de Longoria, en David Toscano… en esa nueva generación del PP que ha demostrado que está sobradamente preparada para gobernar. El tiempo es ese juez que siempre pone a cada uno en su sitio. A Curro lo mandó a Sevilla para gobernar la capital de Andalucía. Lástima que otro onubense tenga que irse fuera.Pero sepan que en Sevilla, hay un onubense de razón, un recreativista de corazón, un hombre cabal que ha hecho que muchos choqueros la noche de las elecciones tuvieran un ojo en Huelva y otro en Sevilla. Hay mucha gente que se alegra y lo personalizo en tres personas: Rocío Flores (sufridora), Luisa Guerrero (incondicional) y Rocío Pérez Flores (futuro). Enhorabuena, Curro .PD1: El PP en Huelva revalida su quinto mandato y su cuarta mayoría absoluta. Impresionante resultado que hay que leer en términos de legado y relevo.