La izquierda se pierde. Sin alternativas que ofrecer, es complicado permanecer en la vida política. Algunos miembros de IU que han sido elegidos en estas últimas elecciones municipales, lo han visto claro, y así lo manifiestan; pero la dirección nacional tiene otra percepción de lo que la izquierda debe hacer y de cómo se debería ocupar un espacio que los socialistas han dejando libre.
Es ese espacio el que se debería ocupar para asumir la responsabilidad de enfrentarse a un sistema económico como el actual, injusto y antisocial. Ocuparlo y apartar a quienes defienden ese sistema y apoyan la crueldad de los privilegios de casta de una minoría a la que la crisis ni le saca los colores ni les vacía los bolsillos, sino todo lo contrario: banqueros, eléctricas… Queda libre un espacio, pero la izquierda rehuye ocuparlo, sometida como está a quienes una vez más la dirección de Izquierda Unida, curiosamente, trata de apuntalar. Con ello, para colmo, se está legitimando la marca Psoe, como una marca de izquierdas, cuando no lo es.
No es lícito recoger los votos de quienes no han querido votar al Psoe y devolverlos al Psoe, como argumente el cabeza de lista de IU por Gibraleón; ni lo es que los izquierdistas de Bollullos fueran apartados de IU por rehusar pactar con un partido que llevaba al caos económico y a la injusticia social, al propio municipio; ni tampoco que ahora se ande presionando a los izquierdistas de Almonte y otros municipios para que no ocupen un espacio político que las urnas les han brindado.
Debemos advertir, desde una cercanía ideológica que nos permite, al menos, poder opinar, que Izquierda Unida está obligada a ocupar un lugar que está quedando vacío, hueco además de ideas y de acción de progreso. A través de las representaciones obtenidas, la coalición de izquierdas tiene el deber y la obligación moral, de asumir su compromiso con los electores, ejerciendo la acción de gobierno allí donde pueda hacerlo, u ocupando concejalías donde no pueda liderar un proyecto municipal en solitario. Ocupar un espacio desde la izquierda no es colaborar con la derecha, es simplemente permitir que la voz de la izquierda se oiga y que sus principios puedan ponerse en práctica.
Para eso se les ha votado, para eso y no para que escayolen a un partido finiquitado en lo ideológico y que se asienta en el poder sólo para ocupar el poder. Ese es el error y eso es lo contrario que Izquierda Unida podría ofrecer a sus electores: el poder para gobernar y establecer políticas de progreso. Unas políticas que, obviamente, sólo se podrán ejecutar si se ocupan esas parcelas de poder, no retirándose de la acción política y sirviendo de meros comparsas de quienes están pagando sus políticas antisociales y abiertamente conservadoras, viendo además como ese edificio sin cimientos ideológicos que habían construido, se les cae encima.
Ese espacio que los socialistas dejan, lo que tiene que hacer la izquierda es ocuparlo, por pura lógica política y por sentido común, porque la razón última de presentarse a unas elecciones es la de poder gobernar y regir, en este caso, comunidades autónomas y municipios. Cuanto más poder, mejor. Huyendo, desde luego, no se va a ningún sitio. Es urgente y necesario, tal como ha dicho buena parte del electorado, que haya en España una fuerza de izquierdas. Para eso se dan los votos. Ahora, gobiernen.