(Texto: JAVIER BERRIO Como HuelvaYa viene poniendo de relieve número tras número, Huelva no se queda al margen de ninguna manifestación artística. La Puerta del Atlántico, expuesta a lo largo de su historia a los vientos de todas las culturas, se retroalimenta y detrás de su aparente atonía manifiesta un despliegue exultante de plenitud expresiva.
También las calles de Huelva se prestan al arte y ponen a disposición de nuestros artistas urbanos paredes donde los pintores más alternativos pueden dejar muestras de su trabajo.¿Qué es el graffiti? Y Adrián Pérez Vázquez, que firma como MAN-O-MATIC y quien es con toda probabilidad el autor onubense más representativo del momento en esta modalidad pictórica, contesta sin pensarlo ni un segundo que “se trata de un arte comunicativo que nada tiene que ver con el vandalismo ni con la expresión del yo de tantos jóvenes”. Pero matiza: cuando habla de la expresión del yo lo hace por la sobreabundancia de firmas con aerógrafo que manchan las paredes. “Eso no es graffiti”. Modesto Vázquez López, otro de nuestros artistas de las calles, comenta que por graffiti hay que entender “pinturas sobre paredes realizadas con aerosoles” y que nada tienen que ver con ensuciar las paredes. Modesto Vázquez es diseñador gráfico, mientras que Adrián Pérez se considera absolutamente autodidacta. Y son estos dos representantes del mundo del graffiti de la ciudad con los que elegimos hablar de entre el grupo que hoy realiza su actividad en Huelva por ser, entre otras cosas, los más activos y reconocidos. También son los fundadores de la asociación que reúne a estos artistas y que, aunque en la actualidad está algo inactivada, sigue existiendo.Curiosamente, ante la contemplación de los retratos que Adrián Pérez deja en las paredes donde se lo permiten, uno considera que hay una buena técnica detrás, y sin embargo el pintor dice que se encuentra con limitaciones a causa de no haber acudido a algún tipo se formación académica; a pesar de ello, también reconoce que esa circunstancia le agudiza el ingenio. Lamenta que no haya demasiados lugares en los que poder expresarse, por eso se manifiesta especialmente agradecido a la Asociación de Vecinos La Morana, que pone a su disposición paredes en el Huerto Paco. Pero además del Huerto Paco, tanto Adrián como Modesto tienen pinturas realizadas en otros lugares de Huelva, como por ejemplo en calle Las Bocas o en la zona de José Fariña. A la hora de definir estilos, Modesto lo hace ubicándose en el ‘Wilde Style’, en el que emplea como forma expresiva básica el alfabeto con el que juega en una multitud de posibilidades gráficas y creativas. A pesar de que su propio nombre o su firma –PURE131–es la base de su creación, no desdeña en absoluto otras posibilidades. Adrián, quien también deja clara su total libertad estilística y expresiva, admite que debe ser cuidadoso con los temas porque Huelva sigue siendo una ciudad pequeña, en cierto modo conservadora, y que se podrían herir ciertas sensibilidades, lo que de ninguna manera cree conveniente.Aunque pueda parecer lo contrario y a pesar de que el graffiti es en principio una forma expresiva alternativa, se puedo vivir de ello. De hecho, Adrián lo hace, y está solicitado tanto en la capital como en la provincia para decorar el exterior de establecimientos comerciales con murales publicitarios de reclamo con gran creatividad y exclusividad, actividad por la que naturalmente se ve remunerado. Ésa es una forma de entender la actividad que va de lo expresivo y artístico a lo práctico; no obstante, este mismo autor va pintando con sus aerosoles por la ciudad auténticas obras de arte sin pedir nada a cambio: al contrario, es una actividad en la que hay que invertir. Modesto, sin embargo, en una actitud más romántica, quizás, manifiesta no tener, al menos en este momento, la pretensión de vivir del graffiti y se queja de la incomprensión de muchos ciudadanos que no aceptan esa actividad como arte o como forma opcional de vida. “Cuando la gente ve una firma estropeando una fachada, piensa que eso es graffiti, y todo el esfuerzo que realizamos en el sentido de que se nos comprenda quienes somos, se viene abajo”.Resulta significativo que, cuando la pretensión de cualquier pintor o artista plástico en general es la perdurabilidad de la obra, estos autores consideren que uno de los atractivos o de las especificidades que identifican y ponen en valor sus trabajos sea su carácter efímero. Hasta tal punto eso es así que reconocen que les gusta ir viendo el paso del tiempo sobre ellos y ser conscientes de que en su momento se taparán con pintura blanca y sobre ellos se realizará otra obra. Ellos lo definen como “vivir en su existencia”, un arte mural entregado a la ciudad y que está destinado a caerse.
TORPES E ILEGALESTambién en ese sentido reconocen que muchos de los jóvenes que se dedican al graffiti lo hacen de manera inadecuada, torpe, eligiendo lugares que no son los apropiados y habiéndose saltado todos los permisos necesarios. También comprenden que no todos los muros pueden ser legalizados.Adrián Pérez Vázquez y Modesto Vázquez López son dos ejemplos de pintores muralistas con aerosoles en nuestra ciudad que entienden esa actividad de forma distinta y que, sin embargo, confluyen en el fin último de la expresividad urbana hasta tal punto de que no dudan en colaborar. Una última pregunta que surge es hasta qué punto los ayuntamientos –en este caso, el de Huelva–, no deberían solicitar más la colaboración de estos creativos y darles la posibilidad de poner a su disposición grandes espacios, hoy completamente deslucidos dentro de nuestras calles, para que bajo la supervisión que fuese necesaria, decoren parte de la ciudad con un arte que no se quejará cuando tenga que ser retirado, porque ha asumido su esencia perecedera. Y la misma pregunta se podría formular respecto de otros mobiliarios urbanos cuya imagen estos artistas podrían ayudar a refrescar y a convertir en paisaje artístico de la ciudad.
