El Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva está acometiendo entre hoy y mañana uno de los tratamientos larvicidas aéreos de refuerzo previstos dentro del Plan de Control de estos insectos de este año. En esta intervención, que coincide con los períodos de mareas con coeficientes más altos, se está actuando en unas 600 hectáreas de zonas marismales, concretamente en las áreas de más difícil acceso.
Este tratamiento aéreo es un refuerzo al que realizan a pie los más de 50 operarios que trabajan en este Plan de Control de Mosquitos y con el que se están tratando unas 4.000 hectáreas. Además, están previstas otras dos intervenciones aéreas durante los dos próximos meses, que se harán coincidiendo también con las mareas de alto coeficiente.
El Plan de Control de Mosquitos de la Diputación onubense efectúa, a lo largo del año, unos 14 tratamientos, que se realizan en cada período de dichas mareas de alto coeficiente. Para ello, se utilizan -como productos biocidas- bacterias que son específicas para las larvas de mosquitos, con el objetivo de mantener así las poblaciones de estos insectos a niveles soportables para el ciudadano.
Según ha explicado la diputada responsable de Medio Ambiente, Energías Renovables, Gestión de Residuos y Control de Plagas, Susana Rivas, la provincia de Huelva cuenta con unas 16.000 hectáreas de marismas, de las que unas 4.500 son susceptibles de criar mosquitos debido a sus condiciones naturales, por lo que es principalmente en estas áreas donde más inciden las actuaciones del Plan. No obstante, también se trabaja en asentamientos humanos donde existen mayores poblaciones de este insecto.
El Plan de Control de Mosquitos abarca todo el año y cuenta con un presupuesto superior a dos millones de euros, de los que aproximadamente un 75% es aportado por Diputación y el 25% restante por los ayuntamientos integrados.
Susana Rivas ha precisado que el objetivo del Plan es la reducción de las poblaciones de mosquitos a niveles soportables para el ciudadano con “dos premisas fundamentales, que son máximo rendimiento, mediante la optimización de los recursos, y mínimo impacto ambiental, gracias al empleo de técnicas blandas, ya que en muchos casos se trata de zonas protegidas”.