El Juzgado de Instrucción número 3 de Huelva ha decretado el ingreso en prisión incondicional, comunicada y sin fianza para Genaro Ramallo Guevara, al que el juez le imputa dos delitos de asesinato por la muerte de la sevillana María del Carmen Espejo y su hijo Antonio hace más de 18 años y cuyos cuerpos aparecieron enterrados en Calabazares, una aldea de Almonaster la Real.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, el presunto asesino se ha negado a declarar ante el juez, y sólo ha hablado para asegurar que se entregó voluntariamente el pasado 30 de septiembre a las autoridades del Consulado de España en la ciudad francesa de Toulouse, localidad adonde había huido después de que la Brigada de la Policía Judicial de Sevilla descubriese los cadáveres de la mujer y su hijo de diez años.
De esta forma, el presunto asesino, un boliviano de 52 años y por entonces pareja sentimental de la fallecida, ya se encuentra de nuevo en la cárcel de Huelva donde llegó en la tarde del pasado jueves tras su extradición de Francia.
Fue a mediados del pasado mes de septiembre cuando la Policía Judicial de Sevilla destapó los cuerpos de las dos personas fallecidas y que se hallaban sepultadas bajo dos metros de piedras en una finca propiedad del principal sospechoso ubicada en la aldea de Calabazares, perteneciente al municipio de Almonaster la Real.
Genaro Ramallo llevaba una aparente vida normal en Huelva hasta que aparecieron los cadáveres, momento en el que huyó a Francia donde fue detenido tras llevar en el país vecino poco más de 20 días.
La localización de los cuerpos de María del Carmen Espejo y su hijo Antonio ha permitido reabrir el caso de su desaparición, denunciada por el padre y hermana de la víctima en 1994. Por su parte, el presunto homicida nunca denunció su desaparición alegando que su pareja le había abandonado, e incluso afirmaba que se veía “periódicamente” con su hijo.
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