El incidente protagonizado por Risto, Evaristo, Mejide en la entrevista que le realizó una compañera de El Periódico de Huelva no viene sino a demostrar lo listos que pueden llegar a ser algunos con tal de vender imagen y libros.
Lo primero que hizo Risto-Evaristo fue irse al twiter y tratar de desprestigiar a una periodista cuya pecado había sido preguntarle algo que no esperaba o utilizar un tono que él listo de Risto-Evaristo no creía oportuno. Resulta increíble que un personaje, que se supone maneja los medios y vende como nadie su propia imagen, no supiera seguir el hilo de lo que se le proponía desde un ángulo distinto al habitual. Risto-Evaristo, el listo, se sintió ofendido¿?
El problema que hay con estos personajes que juegan a dos barajas, a la doble imagen o a la doble personalidad, es que antes de comenzar a hablar con ellos hay que preguntarles por si su estado de ánimo es el del hipercrítico jurado de un programa televisivo o el de un sesudo conferenciante.
¿Risto-Evaristo, el listo, puede ser mordaz, ingenioso, agresivo, antipático, burlón… lo que él quiera, y una redactora de un medio de Huelva no puede hacer el tipo de entrevista que mejor le venga en gana? A lo que se ve no, a Risto-Evaristo, el listo, le molesta que alguien quiera hacer juegos de palabras, utilizar algo el ingenio o simplemente quedarse con él.
Lo curioso es que al final ha logrado lo que siempre busca, algo de bronca y notoriedad, aunque sea a costa de intentar mofarse de una periodista, a la que expresamos todo nuestro apoyo. Y a Risto-Evaristo, el listo, le recomendamos las famosos pastillas ‘timoteo’…, por no decir otra cosa.